Mi casa

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© Héctor Garrido

martes, 27 de diciembre de 2016

FASCINACIÓN POR LAS RUINAS

Esta foto la tomé hace dos días en la esquina de San Nicolás y Trocadero, en Centro Habana. Hay miles de turistas cada día tomando fotos de las ruinas en Centro Habana y La Habana Vieja. Es todo un hobby. Han salido decenas de libros en los últimos años sobre el tema. Pero también hay fotógrafos profesionales de modas que traen aquí a sus modelos.
Si lo vemos bien no hay de qué asombrarse. Del contraste siempre sale algo nuevo. La belleza de las, y los, modelos contrasta con la fealdad y suciedad del contexto y esa explosión origina un nuevo tipo de materia.
No es original. En la década del '50 Helmut Newton y otros pusieron de moda ir a las sucias calles de Harlem y el Bronx, a las ruinas romanas,  griegas y egipcias, a los oscuros y estrechos callejones de Palermo,  Sicilia y Marruecos y a los pueblecitos mexicanos, para colocar en esos escenarios "exóticos y diferentes" a sus modelos y vender ropa, zapatos, perfumes, cigarros, carros, todo. Guardo unas cuantas revistas Life de esa época con aquellos reportajes publicitarios. Tienen su encanto vintage y uno a veces es frívolo, qué le vamos a hacer.
Benetton hace unos años se pasó de la raya cuando utilizó infelices mujeres anoréxicas y cadáveres podridos y repugnantes en su escandalosa campaña mundial de promoción. Asqueantes. Pero lograron su objetivo de provocar un enorme escándalo y que todo el mundo hablara de Benetton. Implacable el capitalismo salvaje, ya lo sabemos.
Si vamos un poco más allá del simple comercio entenderemos mejor la situación antagónica creada por el fotógrafo: es evidente que la modelo no pertenece a este contexto. No vive aquí. Está de paso. Por su maquillaje, ropa, pose, actitud, subraya y deja claro que le importa un bledo el escenario en que la han situado. Ni siquiera lo rechaza. Está ahí "casualmente" y sólo por unos minutos. Nada más. No se integra. Esa es la regla esencial de este juego publicitario. El drama es un simple telón de fondo. Y superpuesto a ese drama la belleza de lo que queremos vender, que por contraste resalta mucho más.
Creo recordar que en Apocalípticos e integrados Umberto Eco dedica más de un capítulo a estos sujetos diacrónicos. No tengo el libro a mano así que no puedo corroborar. Pero acabo de leer en otro libro de Eco: Seis paseos por los bosques narrativos (Lumen, Barcelona, 1996, página 85): "La regla fundamental para abordar un texto narrativo (y de sobra sabemos que una imagen es un texto narrativo perfecto) es que el lector acepte tácitamente un pacto ficcional con el autor, lo que Coleridge llamaba 'la suspensión de la incredulidad'. El lector tiene que saber que lo que se cuenta es una historia imaginaria, sin por ello pensar que el autor está diciendo una mentira. Sencillamente, como ha dicho Searle, el autor 'finge' que hace una afirmación verdadera. Nosotros aceptamos el pacto ficcional y fingimos que lo que nos cuenta ha acaecido de verdad".
Por eso, cuando finalmente vemos en una revista esta foto "increible" de una hermosa joven rodeada de mierda, haciéndose la tonta en una esquina asquerosa lo aceptamos como "posible" dentro del caos absurdo de la modernidad. Aceptamos el "pacto ficcional" que nos propone la fotógrafa. En definitiva hay otra condicional anterior, que agrego yo porque Eco nunca lo percibió: Esta foto se inscribe con todo rigor en esta tormenta de caos y desorden rompedor de moldes que hemos llamado "modernidad".
Por ahora lo dejo aquí para no aburrir. Pero hay más. Siempre hay más. Por ejemplo el lector tiene otra opción paralela: identificarse con la chica modelo y querer venir a ver con sus ojos las ruinas y presentir que vivirá una gran aventura en un lugar "diferente".  Y en efecto, múltiples, insospechados, caminos se abrirán ante el osado explorador en cuanto se atreva a poner un pie en este caluroso y polvoriento infierno que se llama Centro Habana.

1 comentario:

  1. Hola Pedro Juan es un gusto poder dirigirme a tí y espero no te moleste el tuteo ya que tenemos casi la misma edad, nací en diciembre de 1950 en Santiago de Chile, tú eres mayor así que te debo respeto, no sólo por la edad sino también por tus logros y desarrollo que se ve en los escritos de este blog, además de tu talento.
    Hace no más de media hora que soy titular de un Blog, que no tengo la menor idea para qué sirve, sólo porque seguí las instrucciones de Google que me llevaban a poder comunicarme con el autor de un libro llamado "Anclado en Tierra de Nadie" que terminé de leer hoy dia. Tendrías una visión más completa de este corresponsal si leyeras más abajo el primer comentario que hice(por equivocación) a una crónica de 2015 que se refiere a la arquitectura, a Gaudí y Barcelona.
    Yo también soy artista (pintor) y me sentiría muy honrado de poder servirte en lo que fuera en este país sureño o de recibir una respuesta tuya, mi E mail es: titi_gana@yahoo.es
    Recibe un admirativo abrazo y un brindis de
    José Andrés(Titi)Gana Johnson

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