A veces me da la impresión de que demasiadas personas nos observan con extrema curiosidad, como si los cubanos fuéramos extraterrestres. Eso no es bueno para un país porque muchos se creen que de verdad somos diferentes. Cuando en realidad somos simples seres humanos, con nuestras debilidades y fortalezas, como todo el mundo. El año que está llegando al final ha sido especialmente intenso. En marzo la visita de Obama, poco antes el restablecimiento de relaciones con USA, después Trump, increíblemente ascendió al trono imperial, y ahora en la noche del pasado 25 de noviembre falleció Fidel.
No me gusta hacer comentarios sobre política por varias razones pero sobre todo porque en política lo más decisivo es aquello que los políticos nos ocultan. Lo que se maneja entre bambalinas es lo importante y lo que va a repercutir. Siempre ha sido así. Las tramas ocultas supongo que comenzaron en las cavernas. La política es un teatro.
De todos modos parece que Cuba se mueve lentamente hacia la modernidad. Lo que equivale a decir que se mueve poco a poco hacia cierto grado de apertura, sobre todo para la economía pequeña y mediana. Surgen pequeños negocios por todas partes. La gente tiene teléfonos móviles. Hay zonas con cierto acceso a internet, aunque carísimo y limitado. Y. ¿Y? Creo que nada más. Eso es todo por ahora. Es decir que falta mucho por hacer. Casi todo está por hacer. Por ejemplo, la última película de Carlos Lechuga, un joven y estupendo director de cine, fue prohibida. Así de sencillo. Prohibida. No se puede ver. Se hace continuamente. La película El Rey de La Habana, dirigida por Agustí Villaronga, basada en mi novela del mismo título, corrió peor suerte porque ni siquiera dejaron filmarla en Cuba. Así que en esa área hay mucho por hacer: permitir que cada creador, cada persona, se exprese libremente, sin cortapisas.
El respeto al derecho ajeno es la paz, decía Benito Juárez. El respeto a expresarnos libremente es imprescindible en una sociedad moderna que intenta salir adelante en un mundo globalizado, sobresaturado de información, interconectado. Un mundo tan caótico que a veces se hace difícil comprender con claridad cómo funciona. Yo espero que todo este proceso en Cuba siga adelante poco a poco, pero no demasiado lentamente. Con un profundo sentido de responsabilidad y con un profundo sentido de respeto hacia cada persona, aunque esa persona piense diferente. Una sociedad heterogénea, múltiple, diversa, donde se pueda discutir civilizadamente, sin coacciones, con respeto hacia la opinión del que tenemos enfrente. Sin ofender ni aplastar. Si no llegamos a ese punto seguiremos estancados. Y el estancamiento conduce a la frustración y al enfado.
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ResponderEliminarPJ, me regalaron un poemario tuyo editado en Pinar del Río, 1988. Linotipo: Carlos Brown. Impresión: Jesús Bretaña. El poemario es de cartón, muy en onda con estos tiempos.
ResponderEliminaren una hoja que parece periódico viejo hablas de la poesía gráfica y como la repartías a tus amigos esperando que estallara en las calles.
en particular me gusta el poema gráfico: Un poeta colérico.
en estos poemas no te reconozco. Hay algo, pero no es lo mismo que encontré en "Linea oscura", Verdum.
bueno, pues me voy. Tengo una pierna enyesada y estás cuatro paredes son mi templo. Intento mantener la calma. No derribar ningún muro (hasta el momento) y no matar al vecino que insulta a su madre a las tres am.
salud, desde México, DF.
feliz navidad desde salamanca, donde estudiaron y habitaron los más grandes maestros de la literatura castellana. Dijo Cervantes:salamanca, que enhechiza la voluntad de los que la apacibilidad de su vivienda han gustado
ResponderEliminarFeliz año nuevo!!!
ResponderEliminarSi.
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