Mi casa

Mi casa
© Héctor Garrido

lunes, 26 de agosto de 2019

CONSEJOS DE DOSTOIEVSKI

Fiodor M. Dostoievski (1821-1881) publicó un Diario de escritor (Alba Editorial, Barcelona 2016, traducción y notas de Víctor Gallego). Se trata de un conjunto de artículos, cuentos, apuntes, en sus palabras: "¿De qué voy a hablar? De todo lo que me llame la atención y me haga reflexionar". Es decir, un cajón de sastre, publicado primero en la revista El Ciudadano, mensual, en 1873. Después lo publicó en entregas mensuales también, y edición propia, en 1876 y 1877. Además de un número en 1880 y otro en 1881. Él murió el 28 de enero de 1881.
Uno de los artículos, publicado en octubre de 1876, titulado "Un caso que no es tan sencillo como parece", se refiere a una campesina de veinte años, llamada Ekaterina Kornílova, que se había casado con un viudo quien la humillaba recordándole que su primera esposa era mucho mejor que ella en todos los aspectos. Después de soportar aquello un buen tiempo, Ekaterina, por venganza, maltrataba a la hija de su marido, su hijastra, de seis años, hasta que un día la empujó por una ventana en un cuarto piso. La niña milagrosamente salvó la vida. De todos modos la condenaron a dos años y ocho meses de trabajos forzados en Siberia y a vivir allí el resto de su vida. Dostoievski analiza todo el asunto minuciosamente y ofrece sus propias ideas. Después visita a la joven, que está embarazada con cuatro meses de gestación, en la cárcel, habla con ella y escribe un segundo artículo en diciembre.
Al final de este nuevo artículo regaña agriamente a sus contemporáneos novelistas: "La verdad es que no entiendo donde tienen los ojos nuestros novelistas. ¡Ahí tienen un tema, ahí tienen una verdad como un puño para escribir paso a paso! Aunque, después de todo, me he olvidado de esa antigua regla: no es el tema lo que importa, sino la mirada; si sabe uno mirar, encontrará el tema, y si uno no tiene ojos, si está ciego, no encontrará nada en ningún sitio. Ah, la mirada es muy importante: lo que para unos es un poema para otros no es más que un montón de basura".
Esto es rigurosamente cierto. Lo que él llama "mirada" yo le llamo "asombro". Cuando llegué a vivir en Centro Habana en 1986 me quedé asombrado. Yo tenía 36 años y ya había tenido una vida bastante intensa pero nunca había vivido en un barrio tan extremo, con gente tan violenta y agresiva. Quedé asombrado por todo lo que pasaba allí día a día. Así estuve varios años hasta que ocho años después, en 1994, empecé  a escribir unos cuentos basados, es decir escritos a partir de, la vida cotidiana a mi alrededor. Escribí durante tres años hasta que completé un libro titulado Trilogía sucia de La Habana. Y fui soltando aquella carga pesada. Después escribí otros cuatro libros (El Rey de La Habana, Animal tropical, El insaciable hombre araña, Carne de perro). Y completé el Ciclo de Centro Habana. Así que tiene razón Dostoievski, todo depende de la mirada, todo depende del asombro. Claro, después hay que tener algo más porque un libro no se escribe solo. 
Por cierto, me parece que el barrio se ha suavizado un poco en estos más de treinta años. En aquellos años había más brutalidad, más peleas, asesinatos, suicidios, gente ignorante, pervertidos de todo tipo. Ahora, la situación económica ha mejorado un poquito y creo que eso contribuye a más relax. Es sólo una apreciación mía, a simple vista. En el barrio hay algunos pequeños negocios privados, algunos alquilan habitaciones a turistas, otros tienen restaurantes, otros más se han ido a vivir en otros países y envían remesas a sus familias, en fin, hay otra dinámica social y económica. Menos mal.