tag:blogger.com,1999:blog-6812279799476652262024-03-14T02:09:06.817-07:00Blog de Pedro Juan GutiérrezPedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.comBlogger236125tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-32933569679595564662022-11-11T02:45:00.000-08:002022-11-11T02:45:16.045-08:00BROMELIA<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK7mAwYE1xzP78r0UooyPErlomSUCdAmAqiGdgXmJc-FxHIfTXgyQdm1KAof7d4y6AJKb3Tc-lYeW0ilnRGR07tDyedcxcZ7cijuiLHp_kEvPZt1pKkvjQsLkF-Iwicjx651OXVtIdcrzb3aub0f55vfKbmfFbv9XFymvGC22affU-q1gYLiZBdbmB/s3796/IMG_20221110_222212.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3796" data-original-width="2898" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK7mAwYE1xzP78r0UooyPErlomSUCdAmAqiGdgXmJc-FxHIfTXgyQdm1KAof7d4y6AJKb3Tc-lYeW0ilnRGR07tDyedcxcZ7cijuiLHp_kEvPZt1pKkvjQsLkF-Iwicjx651OXVtIdcrzb3aub0f55vfKbmfFbv9XFymvGC22affU-q1gYLiZBdbmB/s320/IMG_20221110_222212.jpg" width="244" /></a></div><span style="font-size: medium;">Mi hija trae a casa una bromelia. </span><span style="font-size: large;">En el centro tiene una espiga de un rojo encendido, </span><span style="font-size: large;">rodeada de hojas verdes y duras. Transmite fuerza y vitalidad.</span><div><span style="font-size: medium;">Le digo Parece una espada. En la etiqueta pone Origen Alemania. Me extraña.</span></div><div><span style="font-size: medium;">Busco en internet. Sí. Bromelia es un género tropical americano de la familia... </span></div><div><span style="font-size: medium;">Pero es perfecta. ¿Cómo producen ésto en Alemania?</span></div><div><span style="font-size: medium;">Y mi hija, distraída: Ya todo es posible. Tendrán viveros. No sé. La compré en el supermercado.</span></div><div><span style="font-size: medium;">Guardo silencio y pienso que sí. Todo es posible. Por ejemplo, esto es un poema. Unos años atrás sería nada. Una idea. Una aspiración. <br /></span><div><span style="font-size: medium;"><br /></span></div></div>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-57516625218789758362022-11-02T03:11:00.003-07:002022-11-11T02:50:21.592-08:00CONSEJOS DE UN HOMBRE SERIO<p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEQL7Wuv2lL8wLk1lMB47I0Bx_IDN8JZK2-vx2KcxY0_F29eeRO3G0W-29hK8JKKETFD8ibhvM-tirUsuRX64Qb2RNDnxYayluZA5GRnfQtLOkTDWJCG2SQzTykGkgONICHhREcfuetBwOlMx-Jdhy5_Lxat9KzTNlFs4ondWd7ynQpCioGdVfivmk/s7630/PJG_6X7.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="7630" data-original-width="6540" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEQL7Wuv2lL8wLk1lMB47I0Bx_IDN8JZK2-vx2KcxY0_F29eeRO3G0W-29hK8JKKETFD8ibhvM-tirUsuRX64Qb2RNDnxYayluZA5GRnfQtLOkTDWJCG2SQzTykGkgONICHhREcfuetBwOlMx-Jdhy5_Lxat9KzTNlFs4ondWd7ynQpCioGdVfivmk/s320/PJG_6X7.jpg" width="274" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"> <span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"> Con frecuencia me preguntan qué puedo aconsejar a los jóvenes que quieren ser
escritores. Siempre doy la misma respuesta: Si pueden dedicar su vida a otra
cosa es mejor que se olviden de la escritura. Un escritor con cierto éxito
aparentemente vive en una encantadora zona de glamour. Gana buen dinero, es
famoso, viaja continuamente y las muchachas (jóvenes y maduras), lo acosan para
irse con él a la cama, le envían fotos desnudas, le preguntan si prefiere el
pubis depilado o al natural, otra se hace un tatuaje en una nalga con una frase
extraída de la </span><i style="font-family: Calibri, "sans-serif"; font-size: 14pt;">Trilogía sucia de La
Habana</i><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"> (antes hizo que el autor escribiera la frase en un papel “y ahora es
como si tú hubieras escrito en mi piel”). Todas le confiesan sus pecados, son
infieles a sus maridos con tal de probar al escritor erótico. Por supuesto,
todas esas aventuras jamás las escribiré. Un caballero olvida. Es lo más
adecuado. Es decir, todo muy bien. </span><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"> </span><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;">Pero
también es cierto el lado oscuro del asunto. Lo que escribía antes en términos
de aritmética, se traduce en que una buena parte del tiempo uno vive encerrado
en una habitación silenciosa y solitaria, conviviendo, dialogando, discutiendo,
con gente nada recomendable: asesinos en serie, viejos locos, mujeres infieles
y atormentadas, gente que vive en situación límite, desasosegados, agresivos,
borrachos, cínicos, viejos deprimidos porque se han quedado solos al final de
su vida. Esos son los personajes que generan situaciones dramáticas. La gente
tranquila, buena, sosegada, que hace sus oraciones por la noche, que duerme
nueve horas y no se desvelan y no tienen remordimientos ni se arrepienten de
nada, no sirven para los libros. La gente equilibrada que no bebe, no fuma, y
son vegetarianos y hacen yoga, no son útiles. Hay que buscar gente en el
infierno. Le damos empleo a la gente mala y odiosa, a los perdedores, a los
suicidas, a los que están al límite de sus fuerzas. Entonces se entiende que el
escritor de vez en cuando quiera dejar atrás esa habitación habitada por
demonios. Ese es el lado oscuro del oficio. Lo que se oculta. No hay que ir por
ahí charlando sobre ese aspecto tremebundo del asunto. Lo más que uno hace es
mirar muy serio a la cámara porque la sonrisa no aflora fácilmente. A veces uno
está en Coyoacán, logra aclararse lo suficiente y después de presentar un libro
se dedica a firmar mientras sonríe un poquito a esa señora elegante y enjoyada
que ignora la cola de lectores y se acerca</span><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;">
</span><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;">y aprieta las tetas, grandes y cálidas, a mi brazo disimuladamente
mientras hace un selfi a mi lado y me pregunta, susurrando en mi oído, si todo
lo que escribo es verdad. No espera por mi respuesta y me dice: “Quédate una
semana más, de vacaciones en mi casa, no regreses tan apresurado a La Habana”. La
miro bien, y sí es hermosa y elegante, me encanta. Me dice todo eso con un
suave rumor y casi siento su lengua en mi oreja. Emite un aroma delicioso a
Chanel 5 mezclado con endorfinas hipnóticas y un deseo irrefrenable. Como buenos
mamíferos, la hembra emite sus olores cautivantes</span><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"> </span><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;">y yo los capto en un segundo, como un toro
salvaje. Sólo sonrío, la miro a los ojos y le digo: “Mi corazón rebosa de amor,
qué pechos más tibios, y qué hermosos. Espérame a que termine de firmar </span><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;"> </span><span face="Calibri, "sans-serif"" style="font-size: 14pt;">y hablamos”. Y ella: “Te espero y platicamos.
Tengo todo el tiempo del mundo”. Y así ocultamos el lado oscuro. Y los pájaros
que están en mi cabeza chillan. Pero nadie los escucha. Chillan y chillan.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Nota: La foto la tomó el fotógrafo italiano Giacomo Bruno hace unos días en el bar Casa Paco, en La Latina, Madrid. Y el texto es un breve adelanto de un Diario que escribí durante algunos meses de la reciente pandemia de Covid 19.</span></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-21065264666743122142022-11-01T04:01:00.001-07:002022-11-01T04:08:45.192-07:00CUBA INDÍGENA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUJ3ml4yzNASatLPRfxDsoHMlftgkrhypvWI2FMeGkSpUhJPrj_hqdqOoCzShOPWqZVH473yC1QD-zuoVMtRfoA5ZDHa8AgiIxmLsSzw43_0IqPHEAEact1Q41uHaA5BPYw-UKzLGyJdW_n0qWxeZ0QXQy_v-VeY64e96YcT4vwY4W70ZGZ8diClRB/s1600/Portada.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1266" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUJ3ml4yzNASatLPRfxDsoHMlftgkrhypvWI2FMeGkSpUhJPrj_hqdqOoCzShOPWqZVH473yC1QD-zuoVMtRfoA5ZDHa8AgiIxmLsSzw43_0IqPHEAEact1Q41uHaA5BPYw-UKzLGyJdW_n0qWxeZ0QXQy_v-VeY64e96YcT4vwY4W70ZGZ8diClRB/s320/Portada.jpg" width="253" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;">Durante toda la vida se ha repetido en las clases de Historia de Cuba que los pueblos originarios de la Isla (taínos y siboneyes), eran pacìficos, de baja estatura y no muy fuertes, vivían en cuevas y eran cazadores y recolectores básicamente. Durante siglos sufrieron los ataques de los Caribes, que eran caníbales y navegaban sin cesar por el mar Caribe buscando algún indio para el almuerzo. Curiosamente, el nombre del mar recuerda a los malvados y aventureros demonios y no a los buenos taínos y siboneyes. Piensen.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> En 1492, como sabemos, llegó Colón. Poco después los españoles, inventaron las "encomiendas" para poder esclavizar "legalmente" y en nombre de los Reyes, a los nativos. Mediante un trabajo extenuante, mala alimentación y maltratos, acabaron en cien años con todos los indios. Entonces empezaron a traer africanos, escogidos entre los más fuertes y resistentes y las mujeres más paridoras.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Lo cierto es que no todos los indios se extinguieron o suicidaron. Algunos escaparon a los intrincados bosques y, muy aislados, ocultos, lograron sobrevivir hasta el día de hoy. Y esta es la noticia: Quedan unos pocas personas, quizás unos cuantos miles, que tienen hasta una tercera parte de sus genes provenientes de los pueblos originales.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Hasta ahora se decía que los cubanos somos una dinámica, alegre, sexy y maravillosa mezcla de ibéricos y africanos. Pues sí, pero hay más.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Alejandro Hartmann, que, además de buen amigo, es historiador, antropólogo, Historiador de la ciudad de Baracoa (Ciudad primada de Cuba, fundada el 15 de agosto, 1511), ha dedicado años y años a investigar en más de treinta intrincadas comunidades del oriente del país y encontró suficientes rasgos faciales y corporales para decir que "son indios" esas personas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Hartmann, en busca de apoyos para ampliar su investigación, coordinó con el fotógrafo español radicado en Cuba Héctor Garrido, también buen amigo, además de emprendedor creador visual muy original. Y, sin recursos, diseñaron y comenzaron un espléndido proyecto, en 2018. Enrolaron a genetistas y otros investigadores. Buscaron recursos y los resultados son palpables ahora, cuatro años después. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, y Ediciones Polymita, acaban de publicar un bellìsimo y útil libro con las fotos y resultados del proyecto.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> El tema había sido estudiado por unos pocos investigadores extranjeros, de la universidad de Harvard y otras, en la primera mitad del siglo XX, pero de un modo limitado y sin disponer de las modernas pruebas de Genética existentes ahora.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Del amplio archivo que reunió ahora el equipo dirigido por Garrido y Hartmann, con pruebas de ADN se publican aquí unas 50 fichas. Por ejemplo, una señora, Almeida Ramírez Ramírez, nacida 17 de septiembre de 1956, vive en la comunidad La Ranchería, municipio Manuel Tames, en Guantánamo. La prueba de ADN dio como resultado que tiene 33,4% de sangre amerindia, 15,3% africana, 42,4% europeo, y 8,9% asiático. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Esos resultados, más o menos, los registran todos. Es decir que en estos 500 años se han ido mezclando con africanos, asiáticos y europeos. Aunque sigan viviendo en sitios alejados y de difícil acceso, no son sólo descendientes de los indígenas nativos de Cuba. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Es un importante y decisivo avance científico, histórico, antropológico, que enriquece el estudio de la historia de Cuba. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> </span></div><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-82502063610669685472022-10-28T08:21:00.005-07:002022-10-29T01:52:33.414-07:00PICASSO Y CHANEL<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIK7mMagfQwPli3j37JYKsaVxUK_d6qACds97D8ueH9r0CUoWFi5WtfP6eARr5H6bEtibHWWGp-LK5s4LF_j3PxiUD6-05XFDTsgwMhUwWNXGHUZqpN9B8_mQCQbYKoOAiFcCOi6c7Ftf2WqObr1HLs0WcNcl-2T4Vfy7aG5RFAJEU5rire9LyrS7L/s1600/IMG-20221014-WA0029.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIK7mMagfQwPli3j37JYKsaVxUK_d6qACds97D8ueH9r0CUoWFi5WtfP6eARr5H6bEtibHWWGp-LK5s4LF_j3PxiUD6-05XFDTsgwMhUwWNXGHUZqpN9B8_mQCQbYKoOAiFcCOi6c7Ftf2WqObr1HLs0WcNcl-2T4Vfy7aG5RFAJEU5rire9LyrS7L/s320/IMG-20221014-WA0029.jpg" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;">Pablo Picasso nació en Málaga el 25 de octubre de 1881 y no perdió tiempo. Muy trabajador y recio, iba a lo suyo desde muy joven. Después de algunas clases de dibujo y pintura, sólo con 16 años estudia unos meses en la famosa escuela de artes de San Fernando, en Madrid. Ya en 1904 se instala en Montmartre, París. Y en 1907 termina <i>Las señoritas de Avignon.</i> Cuadro que marca un punto culminante en el arranque de las vanguardias europeas del siglo XX. Él tenía apenas 26 años. Se adelantó a todos. El cuadro se exhibe por primera vez en 1916 en un Salón propiedad de Paul Poiret. En este blog hay una nota, de años atrás, sobre los 17 cuadernos de bocetos que emborronó, reflexionando antes de poder pintar el cuadro que dio inicio al cubismo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Se calcula que hizó en total más de 33 mil obras y su cuadro <i>Mujeres de Argel,</i> estableció un récord cuando se vendió en 179,3 millones de dólares en Christies, tras una puja de 11 minutos.</span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Indetenible. trabaja sin parar. Arriesgando siempre, buscando nuevos materiales, explorando en otras culturas. Jugando con cosas que recogía de la basura, como sabemos: timones de bicicletas, sillas, pedazos de cuero y telas, cartones. Ahora el museo Thyssen-Bornemizsa, en Madrid, ha montado una exposición con más de 40 cuadros de Picasso y sus relaciones, influencias y conexiones con la moda. Concretamente con su contemporánea Gabrielle Chanel. Cocó Chanel. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> La muestra, en recuerdo de Picasso, que en 2023 cumplirá 50 años de fallecido, se mantendrá del pasado 11 de octubre al 15 de enero de 2023. Está concebida como una antología del artista, y por tanto es muy variada en su cronología. También hay vestidos originales diseñados por Cocó Chanel. De tal modo, el espectador puede apreciar la influencia del cubismo en la moda de los años 20 del siglo XX. "Chanel elimina el ornamento excesivo y se decanta por la línea recta en siluetas", asegura el folleto de mano de la exposición.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Otros puntos en común son la sobriedad, la simplicidad y lo práctico. También la tendencia a la reducción cromática en ambos creadores. Braque y Picasso cultivan la monocromía y Chanel prefiere sobre todo el blanco, el negro y el beige. Picasso introduce el collage en la obra de arte, con fragmentos de periódicos y Chanel introduce tejidos "humildes" como el punto de lana y el algodón.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Ambos artistas colaboraron en varias obras de teatro y ballet, con guiones de Jean Cocteau, amigo de los dos. Chanel con vestuario y Picasso con diseño para escenografías.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> El resultado final de esta muestra es excelente si se quiere apreciar las conjugaciones entre dos mundos creativos, marcados por una época que ya comenzaba a introducir a la Humanidad en el vértigo de la velocidad y la evolución acelerada de todo. Absolutamente todo. Desde la moral y la ética hasta la tecnología espacial. </span></p><p><span style="font-size: medium;"><br /></span></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-75638495710210965642022-10-26T04:15:00.003-07:002022-10-26T04:17:12.993-07:00EL INSACIABLE HOMBRE ARAÑA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicTWLPwf6iQ9D8gBGD4p8q51iwePMSQ5_LOFkS20r0P8iO2ocGcWaP_0_iQD3LEfakkyHCBs7h2nPbmiJCNvUEr2BU5aKxny6h2XFV4VI9IsgLjDtuVvs7T-qtdwV2glmNTv3Y6p6LgbZfNQtzfLOO8laGOBhCju67ogCXvTK1dblVw9fwk1fMlHUE/s1600/portada%20insaciable%20hombre.%20stirner.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1066" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicTWLPwf6iQ9D8gBGD4p8q51iwePMSQ5_LOFkS20r0P8iO2ocGcWaP_0_iQD3LEfakkyHCBs7h2nPbmiJCNvUEr2BU5aKxny6h2XFV4VI9IsgLjDtuVvs7T-qtdwV2glmNTv3Y6p6LgbZfNQtzfLOO8laGOBhCju67ogCXvTK1dblVw9fwk1fMlHUE/s320/portada%20insaciable%20hombre.%20stirner.jpg" width="213" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;">Una nueva edición de este libro de cuentos lo acaba de publicar Ediciones Stirner, en Madrid. La presentación la hicimos el sábado 15 de octubre en la Librería Alberti, en la Moncloa. Esta editorial ya publicó en 2021 una nueva edición de <i>Carne de perro.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> En realidad los dos libros pueden fundirse en uno solo porque el segundo es una continuación del primero.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Con ellos concluí el Ciclo de Centro Habana y pasé a otros ámbitos. El Ciclo comienza con <i>Trilogía sucia de La Habana (1998). </i>Y continúa: <i>El Rey de La Habana (1999), Animal tropical (2000), El insaciable hombre araña (2002)</i>, y <i>Carne de perro </i>(2003).</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Veinte años después de nuevo he leído este libro. Escribo para olvidar. Y había cumplido mi objetivo. Ya no recordaba nada. Estos 19 cuentos los fui escribiendo poco a poco entre 1999 y 2001. Anagrama lo publicó en 2003 y seguidamente se tradujo a unos cuantos idiomas. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Como había sucedido con los libros anteriores, mi punto de anclaje era el barrio de Centro Habana y la gente que lo habita. Sobre todo Pedro Juan, personaje al que conozco a fondo desde que apareció por primera vez a mi lado en septiembre de 1994, cuando escribí el primer cuento de lo que después sería <i>Trilogía sucia de La Habana.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Es decir, cuando empecé con estos cuentos ya tenía cinco años dedicado a una exploración literaria, y quizás un poco antropológica y sociológica, del barrio en que vivía desde 1986.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Estos cuentos, como todo lo que escribía entonces, son muy viscerales y furiosos. Transmiten decepción, frustración, desencanto. Coincidió una fuerte crisis personal con la crisis brutal del país a partir de 1991, al desaparecer el mundo socialista. Al escribir, sacaba toda la carga corrosiva que tenía dentro.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Al cerrar este ciclo pasé a otros temas, lugares y momentos que también me interesaba explorar. Un escritor es un tipo que vive intensamente, reflexiona y de vez en cuando se obliga a sentarse y escribir sobre lo que ha pasado en su vida y los alrededores. Veo así mi oficio. Creo que los escritores se dividen en dos tipos: los que ven su oficio como una carrera profesional y los otros. Yo pertenezco a los otros. Escribo sólo cuando estoy desesperado, cuando ya no puedo soportar más y tengo que soltar presión.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"> Me gustan estos cuentos. Frenéticos y locos. Escritos a corazón abierto. Me entrego. No sé hacerlo de otro modo. Y no quiero hacerlo de otro modo.</span></div><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-29535503608490168502022-10-22T03:59:00.002-07:002022-10-22T04:05:15.177-07:00KNUT HAMSUN<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxwX7jvxClcKfBp7MIQLEFAMksYPi2bvBwrF_MXoHfveQ69MIAtih6GIqBSyjlRZXQgvtNp4s-u8TacYAdaEERkceM9ReybbGpowk0nVEOB-arm12ljSShU90w3ds-GOte6wjDkplJnimss74_ctEAIxewGUsZ4i4c54cNODwQJttMeApx83SDuPCC/s3555/IMG_20220913_170120.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3555" data-original-width="2376" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxwX7jvxClcKfBp7MIQLEFAMksYPi2bvBwrF_MXoHfveQ69MIAtih6GIqBSyjlRZXQgvtNp4s-u8TacYAdaEERkceM9ReybbGpowk0nVEOB-arm12ljSShU90w3ds-GOte6wjDkplJnimss74_ctEAIxewGUsZ4i4c54cNODwQJttMeApx83SDuPCC/s320/IMG_20220913_170120.jpg" width="214" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Hace unos meses encontré en un rincón perdido de mi biblioteca la novela <i>Hambre,</i> del noruego Knut Hamsun (1859 - 1952). Esa novela es de 1890. Tengo también la <i>Trilogía del vagabundo. </i>Las leí de joven, hace más de cuarenta años tal vez. No recordaba nada por supuesto. <i>Hambre</i> me llevó al mundo de Dostoyevski.</div><div style="text-align: justify;">Ahora estoy redescubriendo a Hamsun. A veces pasa. No sé cómo, pero es así. Leo un libro de un autor lejano y entonces aparecen sorpresivamente otros libros y hago como un taller en solitario sobre ese escritor. </div><div style="text-align: justify;">Y lo redescubro gracias a la editorial mexicana <b>Aquelarre</b> que hace poco publicó su libro de viajes titulado <i>En el país de las maravillas.</i> Editado originalmente en Oslo en 1903. Se refiere a un viaje que hicieron Hamsun y su esposa Bergliot, por el Cáucaso en el otoño de 1899.</div><div style="text-align: justify;">El libro es una nueva traducción directa del noruego, realizada por Zarina Martínez Borresen, autora además de un excelente prólogo, del cual tomo algunos datos esenciales.</div><div style="text-align: justify;">Hansum describe en este texto las costumbres, comidas, carácter e infinidad de detalles de los campesinos que viven en las montañas del Cáucaso por donde viaja en tren, coche de caballos y barco.</div><div style="text-align: justify;">Era un crítico de la "civilización" y por tanto ensalza y ama la vida simple de los campesinos, recordando quizás su infancia en el norte de Noruega. Una infancia pobre, en el campo, cuidando el ganado, de la cual huyó para abrirse paso en la vida. Viajó, escribió, pasó hambre y necesidades y poco a poco, logró establecerse como escritor. Llegó a tener una gran difusión y le otorgaron el Premio Nobel de Literatura en 1920. Perdió editores y lectores a partir de 1945, por dos razones esenciales: Su apoyo a la invasión nazi de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial. Llegó al extremo de tener un encuentro personal con Hitler y obsequiar su medalla del Nobel a Goebbels, en 1943. También influyeron las malas traducciones al español de sus libros, realizadas no directamente del noruego sino desde ediciones en inglés, francés, alemán y otros idiomas. Tras la guerra se quemaron sus libros públicamente, fue repudiado e internado unos meses en un hospital psiquiátrico y se le impuso una multa. El mundo le dio la espalda. Él escribió algunos libros más y murió en 1952.</div><div style="text-align: justify;">El viaje por el Cáucaso está descrito en orden cronológico y geográfico, pero Hamsun lo anima con digresiones, personajes de ficción y aventuras. Hacia el final, Bergliot lee el diario de su esposo y lo acusa de mentir y exagerar. Esto es un guiño al lector. Una complicidad. El diario es también un relato de ficción. Y está muy bien. Se disfruta. </div></span><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-82337343834224040952022-10-01T08:36:00.001-07:002022-10-22T03:00:30.308-07:00GRAHAM GREENE Y SUS ESCAPES<div class="separator" style="clear: both;"> <img alt="" border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJLwUeTNSpUSVETjTPv0mvlmMhdwUHyCAyrR-t0V9KLuf6BdGUbvKrcga3j0fyPILs3rgc-YESZ15YzMCKcEjBXYCBon9lvoHUlMmHYUQHJtkLU7NFmcxzi3HNxMQteIOMtr-UykTgiVvEh3jO6phHPj8I0DAXdO4aQM1cY4rU-qc5dyBcILkkbxdr/s400/foto%20GG.jpg" width="400" /><br /></div><p style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Al parecer los escritores cuando ya hemos publicado bastante, buscamos escribir sobre lo ya escrito, en un intento por entender lo que hemos hecho. Es decir, a ciegas hemos escrito y publicado unos cuantos libros.</span></p><p style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Comprendí esto cuando empecé a escribir <i>Diálogo con mi sombra, sobre el oficio de escritor. </i>Me preparé en unas pocas semanas y dediqué algún tiempo a buscar libros sobre el oficio de escribir. Me quedé asombrado. Decenas de escritores notables han escrito sus experiencias y conclusiones. Desde Milán Kundera hasta Norman Mayler. No pequeños ensayos sino libros, en algunos casos muy amplios y detallados.</span></p><p style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Ahora acabo de leer <i>Vias de escape.</i> Graham Greene (1904 - 1991) en este libro, de 1980, comenta detalles de su vida utilizando las condiciones en que preparó la escritura de algunas de sus novelas. No revela detalles íntimos. Sólo un poquito. Habla de sus experiencias con el opio, la cocaína, el alcohol, las mujeres, su vicio por los burdeles y las prostitutas, sus infidelidades que, asegura, echaron por tierra su matrimonio. También habla varias veces sobre su melancolía maníaco-depresiva. Todo esto de un modo agradable y superficial, sin entrar a fondo.</span></p><p style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">GG escribía porque necesitaba dinero. Viajaba continuamente y le gustaba dilapidar en sus vicios. Por tanto, lo reitera continuamente, tiene que escribir novelas que se vendan. Es decir, convencionales, sin experimento alguno, que gusten al editor y a todos los lectores, que no incomoden a nadie. Quería caer bien a todos y vender. </span></p><p style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Bajo estas premisas, algunas de sus novelas son interesantes y entretenidas. Unas pocas. El resto no merece la pena. <i>Nuestro hombre en La Habana</i>, por ejemplo, es un desastre de personajes encartonados que no convencen a nadie. La película mucho peor. Visitó varias veces la ciudad, también fue a otras ciudades cubanas. Frecuentó el teatro porno Shangay, vio el show de Supermán, tomó cocaína, jugó y perdió dinero en todos los casinos y mucho más. Al final llegó a la conclusión de que "Es una ciudad donde todos los vicios son posibles, es decir, el escenario ideal para una novela". </span></p><p style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">A mi me interesa mucho más como personaje lleno de contradicciones, miedos y angustias, que como novelista. GG evadió siempre a algunos periodistas que querían escribir su biografía. No le interesaba exponerse y descubrir sus pecados. Insistía en que era católico. Lo reitera una y otra vez a lo largo de este libro. Y asegura que es compatible su religión con su vida y su escritura, aunque nunca revela cómo lograba ésto. </span></p><p style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Hacia el final, en el Epílogo, descubro que durante más de veinte años un hombre se hacía pasar por él y de ese modo estuvo con muchas mujeres o pidió dinero y otras tropelías. Pero era hábil y nunca pudo atraparlo. Era como un fantasma astuto que quizás se llamó también Graham Greene. Lo cierto es que aprovechaba la fama de GG y usurpaba su personalidad.</span></p><p style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Yo no sabía esto cuando escribí mi novela <i>Nuestro GG en La Habana.</i> Que arranca precisamente con un equívoco en el hotel Inglaterra, de La Habana. Un señor británico llamado George Greene, se aprovecha de una confusión y se hace pasar por el escritor famoso. Esta farsa sólo duró unos pocos días y se resolvió, pero en la vida real fueron años y nunca tuvo solución. Una vez más: la realidad supera a la ficción.</span></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-44855988702164469542022-09-17T02:24:00.000-07:002022-09-17T02:40:52.403-07:00PAPELES EN PRINCETON<p> <span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"> </span><a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?q=https://findingaids.princeton.edu/catalog/C1649&source=gmail&ust=1663487635588000&usg=AOvVaw1QWSMfO4gQwHB3-UfQOu6q" href="https://findingaids.princeton.edu/catalog/C1649" style="background-color: white; color: #1155cc; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;" target="_blank">https://findingaids.princeton.<wbr></wbr>edu/catalog/C1649</a><span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxHoqLFSrDsjJwjnBe-J1gfvd0RCPEjTMyQDBaTLB9MGN4rZpl7PkmKQSkr4JM35PI0FAOVdM6TBz2M1L1XG6svBpXd6SR5dPQCNdbsG0jIam4t8kWA_ZF7BnSwsP2j527XmxlDs6XcdO1BQNbbsEhk1wuI9aJZ1ooI9aXExCZuB-RMx5JdW2PyeEZ/s2000/Pedro%20Juan%20Gutierrez_Oct_2000.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1544" data-original-width="2000" height="247" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxHoqLFSrDsjJwjnBe-J1gfvd0RCPEjTMyQDBaTLB9MGN4rZpl7PkmKQSkr4JM35PI0FAOVdM6TBz2M1L1XG6svBpXd6SR5dPQCNdbsG0jIam4t8kWA_ZF7BnSwsP2j527XmxlDs6XcdO1BQNbbsEhk1wuI9aJZ1ooI9aXExCZuB-RMx5JdW2PyeEZ/s320/Pedro%20Juan%20Gutierrez_Oct_2000.jpg" width="320" /></a></div><br /><span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ese es el link para entrar en la sección de mi papelería, que se conserva en la biblioteca de la Universidad de Princeton, New Jersey, Estados Unidos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> No está (ni estará) disponible para acceder por internet, cómodamente desde casa. No. Hay que visitar físicamente la biblioteca. </span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> Se trata de un conjunto de diarios personales, cuadernos y libretas de notas, manuscritos de algunos de mis libros, fotos, periódicos y revistas con entrevistas que me han hecho desde 1998 a la fecha, así como comentarios y reseñas sobre mis libros. También hay una colección de 134 de mis poemas visuales, realizados en diferentes momentos desde 1980 hasta 2020. Y una buena cantidad de mis libros publicados en diferentes idiomas, por ejemplo, la <i>Trilogía sucia de La Habana</i>, en hebreo, editado en Israel, y en islandés, en Islandia, por supuesto.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> Es sólo una parte de mi archivo personal. Falta una buena porción, que aún guardo. </span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> Otra sección de mi papelería y libros editados en numerosos idiomas se encuentra en la Biblioteca Nacional José Martí, en La Habana. Los doné el 27 de enero de 2020, en ocasión de un cálido homenaje que organizó Omar Valiño, director de esa institución, por mi 70 cumpleaños.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> Aún queda una buena porción de mi papelería que ya entregaré en los próximos años a cada una de estas instituciones.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> En la colección de la Biblioteca Nacional cubana hay papeles de Lezama Lima, Carpentier, Virgilio Piñera, y muchos otros escritores importantes de Cuba. En la colección de Princeton está la papelería de Vargas Llosa, Carlos Fuentes, y una larga lista de sobresalientes escritores latinoamericanos. Estos archivos, en New Jersey, cuentan con efectivos medios de protección contra incendios, robos y daños por razones climáticas, como humedad, excesiva iluminación, etcétera. En la BNJM también se hicieron inversiones hace algunos años para mejorar y modernizar las condiciones de los archivos, con la ayuda de la Agencia de Cooperación Iberoamericana y la Embajada de España en La Habana.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> Supongo que estos útiles archivos de papelería poco a poco registrarán mermas en sus adquisiciones ya que, como sabemos, cada día más los escritores escriben directamente en su PC.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> Pocos seguimos usando papel y bolígrafo para la versión inicial. Yo no puedo prescindir de lo que he hecho siempre: escribir un poema, un cuento o una novela a mano, con un boli de tinta negra sobre una libreta. Siempre tinta negra y mejor si el papel es amarillo. Corregir, añadir, mejorar, ampliar y pasar en limpio a máquina. Ya sobre el papel mecanografiado puedo corregir y ampliar más hasta que finalmente paso a Word en mi laptop. Soy obsesivo con las correcciones.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> Mi primera laptop me la regaló mi mujer en 2007. Yo tenía 57 años. Ella, muy pragmática, me dijo: "Bueno, mi amor, ya es hora de que empieces con ésto. No le des más largo". Debo reconocer que me asusta un poquito cada nuevo reto de la tecnología digital. Soy genéticamente analógico. Ya sabemos que es una cuestión generacional.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> En 2002 -más o menos- en Anagrama me dijeron que desde ese momento no aceptarían manuscritos en papel. Había que entregar los libros en diskettes. Unos diskettes cuadrados que se usaban entonces. Mi solución genial fue encontrar una discreta señora, encantadora, sonriente, educadísima y amable, que vivía sola en un apacible barrio de Marianao, en La Habana, para que pasara en limpio mis libros. Para más inri se llama Dulce.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> Ella tenía una vieja pero eficaz computadora y hacía su trabajo a las mil maravillas. Y así estuvimos unos años de cómplices hasta que, muy lentamente, dominé lo suficiente el Word para hacer yo solo todo el trabajo.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"> En la foto estoy con mi querida máquina en los años en que escribía la <i>Trilogía sucia de La Habana</i>, es decir, entre 1994 y 1997. Hoy en día es difícil conseguir las cintas para la máquina. Yo mismo la limpio, le pongo aceite y la cuido. Le tengo cariño a mi vieja máquina Underwood, de 1927. Que heredé de mi padre. Él no era escritor. Durante algunos años tuvo el bar-restaurante El Camagüey, en Pinar del Río. Y en esa máquina escribía el menú de cada día. Es decir, que es una máquina con una historia plebeya, proletaria y humilde. Pero la quiero mucho. Soy un poco sentimental, qué le vamos a hacer.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: medium;"><span style="background-color: white;"><br /></span></span></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-21709230490780009952022-09-15T05:43:00.001-07:002022-09-15T05:43:35.182-07:00CONSEJOS DE CHEJOV<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr2zu9VgF1bht-IrH037N40enChJKBBrEjjv6xuu1p2SVp0klVL7rRwArRHIxuCoUzZZxTU05gOHjfc-3IyV4Kvg-Do3EZOqERkGIVOWNRe2hm9lkrKr6qq0FS1W-1D7Eabn1zWBY_4up5ay5nEygqwlfCyTJ_xAbXfuL6xWr-jJ4iPlYFYS3wjXr6/s2551/Sin-trama-y-sin-final-tapa-dura-promo-RGB.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2551" data-original-width="1713" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr2zu9VgF1bht-IrH037N40enChJKBBrEjjv6xuu1p2SVp0klVL7rRwArRHIxuCoUzZZxTU05gOHjfc-3IyV4Kvg-Do3EZOqERkGIVOWNRe2hm9lkrKr6qq0FS1W-1D7Eabn1zWBY_4up5ay5nEygqwlfCyTJ_xAbXfuL6xWr-jJ4iPlYFYS3wjXr6/s320/Sin-trama-y-sin-final-tapa-dura-promo-RGB.jpg" width="215" /></a></div><span style="font-size: large;"><div style="text-align: justify;">Anton Chejov (1860 - 1904) nunca escribió ensayos sobre el oficio de escribir, ni dio clases de escritura creativa. No creía en nada de eso. Estaba convencido de que un escritor se hace sólo con su esfuerzo personal, con su talento, con su disciplina y amor por el oficio. No hay otro modo.</div><div style="text-align: justify;">Pero siempre hay sorpresas. Ahora Alba editorial, de Barcelona, acaba de publicar un librito editado por Piero Brunello, profesor de Historia en la universidad de Venecia. </div><div style="text-align: justify;">Este señor ha entresacado de las cartas escritas por Chejov, unos 99 apuntes sobre el oficio.</div><div style="text-align: justify;">Es como un Vademecum sobre el tema. Por ejemplo: "Dios mío, no permitas que juzgue o hable de lo que no conozco o no comprendo".</div><div style="text-align: justify;">En otra: "Se lamenta usted de que mis personajes sean tan tristes. ¡Ay, no es culpa mía! Me salen así sin querer; cuando escribo no tengo la impresión de que mis historias sean tristes..."</div><div style="text-align: justify;">Y más adelante; "No pulir, no limar demasiado; hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento".</div><div style="text-align: justify;">"Lo he visto todo; no obstante, ahora no se trata de lo que he visto, sino de cómo lo he visto".</div><div style="text-align: justify;">Y así podría seguir. Lo curioso es que a medida que leo estos apuntes comprendo que yo también he ido llegando a esas conclusiones. Poco a poco, a lo largo de toda una vida dedicada al oficio de escribir. </div><div style="text-align: justify;">Hay que aprender a escribir, aunque no se puede enseñar a escribir. Parece contradictorio pero no lo es. Uno aprende solo, sin prisa y al final llega a conclusiones como éstas que Chejov expone en algunas de sus cartas. Me ha sorprendido este descubrimiento. De Chejov siempre se aprende. Hay que releerlo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-45489637326647620462022-09-02T01:38:00.006-07:002022-09-20T02:19:14.801-07:00LA NINFA INCONSTANTE<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrFmcCVrLuisZUJh2pU-YISbPh_f-YYGQt1zNZx7J_ridBv53WgtK93CGMLTI4krJNqT9VzYwaaSWN1XcYdbDwyWm7LZGBaKjbYp6-8soDp01h92M3q7C4vcS1MAZSM29HVXqRA2YJVR53kbvy9iUFEiq5sKPsPxbBUou7GSUHGLjjiHwoPR7aBmPM/s3575/IMG_20220902_085616_edit_212209363850950.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3575" data-original-width="2521" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrFmcCVrLuisZUJh2pU-YISbPh_f-YYGQt1zNZx7J_ridBv53WgtK93CGMLTI4krJNqT9VzYwaaSWN1XcYdbDwyWm7LZGBaKjbYp6-8soDp01h92M3q7C4vcS1MAZSM29HVXqRA2YJVR53kbvy9iUFEiq5sKPsPxbBUou7GSUHGLjjiHwoPR7aBmPM/s320/IMG_20220902_085616_edit_212209363850950.jpg" width="226" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Acabo de leer una novela de Guillermo Cabrera Infante (1929-2005). <i>La ninfa inconstante. </i>Es uno de los tres libros de él publicados post mortem, todos en Galaxia Gutenberg, por su viuda, Miriam Gómez. Éste en 2008. En 2010 <i>Cuerpos divinos. </i>Y en 2013<i> Mapa dibujado por un espía. </i>Miriam, además, ayudó a preparar los ocho tomos de sus obras completas. Se han publicado los tres primeros. Siempre en Galaxia Gutenberg.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"> Es una novela de 230 páginas y el argumento es muy sencillo. Un Don Juan habanero, en el verano de 1957, se encuentra con una muchacha anodina y vulgar en la calle, pero le gusta, la persigue, insiste, ella no se hace rogar aunque es menor de edad. Pierde la virginidad con él. No hay amor ni hay nada y ella, repito, es bastante vulgar. Tienen una relación breve y pésima desde el punto de vista emocional. Y ya. Se disuelve. Muchos años después, ya ella ha fallecido fuera de Cuba, él lo cuenta todo, en primera persona y se deduce, como en todos sus libros, que él es protagonista y narrador de un hecho real. Autoficción le llaman ahora.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"> Lo importante es que al terminar de leer uno tiene la sensación de que realmente ha conocido a Estela, al narrador pedante que juega sin cesar con las palabras y hace malabares con el doble sentido, y que además he estado con ellos en esos recovecos de La Habana que aparecen bien descritos en el texto. Es decir, que una vez más GCI me ha convencido magistralmente y letra por letra de su historia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"> Y eso es lo que vale. Lo importante no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Ahí está la clave del asunto. Un escritor mediocre habría hecho una novelita estúpida con el asesinato de la madrastra de Estelita, un poco de terror para hacer desaparecer al cadáver, el comisario fulano detrás de ellos, en fin, una imbecilidad más, y encima en 500 ó 600 páginas pesadas como un plomo. Pero GCI era un artista, un creador, imprevisible, original, diferente, arriesgado, medio loco.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"> Pudimos conocernos en 1998 y los años siguientes. Teníamos la misma agente, radicada en Madrid, y GCI visitaba esa ciudad casi todos los años. Ella quería presentarnos (decía que teníamos muchas cosas en común) pero siempre me negué. GCI era absolutamente intolerante (como todos los de su generación) con los cubanos que vivían en la Isla y ya había montado un show con Jesús Díaz poco antes, en aquella misma oficina, aunque Jesús se había ido de Cuba hacía tiempo y ya dirigía la revista Encuentro de la cultura cubana. Pero para GCI era "un comunista y yo no estoy en la misma habitación donde hay un comunista".</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"> Yo no estaba para más líos y pesadeces en mi vida. En octubre de 1998 habìa publicado <i>Trilogía sucia de La Habana.</i> El libro tenía mucho éxito pero a mí me atacaban tirios y troyanos. Y yo, en tierra de nadie, necesitaba un poco de paz y sosiego, no más numeritos de política. Me aburre la política, para decirlo educadamente.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"> Los libros de GCI los voy comprando y leyendo poco a poco. Hay que leerlo despacio para evitar una indigestión. Suave. Una lástima que los lectores cubanos no conozcan su obra. Vamos a ver hasta cuándo.</span></div><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-23289937181634606902022-08-18T01:43:00.001-07:002022-08-19T00:28:06.651-07:00FOLKLORE EN 2022<p></p><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFsadjyKWPFuOgAxvFGKVGuD9gDoobs3iXWWsegNxGjka29VJPchGSgj6PmtoVR04ndq1SKSrVOsFL0WiVfH618dC4BN6SmYAA2bz_ZjEllE0P0YDxkkIttvjTxAWcoZs3PntOISDchK6DUMJhZ8xd4nbDFcXBYPq_mvs-62NC1lH392ZCT6HP_kW8/s4160/IMG_20201009_123215.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="4160" data-original-width="3120" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFsadjyKWPFuOgAxvFGKVGuD9gDoobs3iXWWsegNxGjka29VJPchGSgj6PmtoVR04ndq1SKSrVOsFL0WiVfH618dC4BN6SmYAA2bz_ZjEllE0P0YDxkkIttvjTxAWcoZs3PntOISDchK6DUMJhZ8xd4nbDFcXBYPq_mvs-62NC1lH392ZCT6HP_kW8/s320/IMG_20201009_123215.jpg" width="240" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Esta foto la tomé hace poco, en 2022, en la calle Neptuno, en Centro Habana. En la planta baja de un edificio arruinado y abandonado, en un pequeño portal, este hombre monta algunos días su pequeño negocio.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Vende de todo. Algunas plantas medicinales, cocos secos para la brujería, oraciones a santos, libros viejos y destrozados, juguetes y objetos diversos recogidos en la basura, frascos vacíos de perfume. En fin, todo lo que él cree que puede tener interés para otros y por tanto valor de cambio.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">¿Está loco? No. En absoluto. Actúa con toda lógica. Una lógica personal, construída por él mismo. Me gusta hablar con él. Le pregunto los precios de los cocos, de algún libro, cualquier cosa para entablar una conversación. Pero no. No le gusta hablar. Además, si me quedo unos minutos parado allí, obstaculizo que los demás vean su mercancía. Siempre intenta despacharme rápido en cuanto ve que no voy a comprar nada y que soy un simple curioso más. "Si no va a comprar, apártese", me dice, sin contemplaciones.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Se considera, inconscientemente, un tipo pragmático y negociante. Vive de eso. Es un solitario más. Un tipo que abunda en todas las grandes ciudades. Usa un bastón, es medio cojo, pero es duro y no se deja vencer ni se tiene lástima. Está luchando por su vida. No espera ayuda de nadie. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">He conocido a muchos así en Centro Habana. Algunos están en mis libros. Y he visto a otros similares a estos, sobre todo en Sao Paulo y Ciudad México, ciudades monstruosas que devoran a la gente como una boa constrictora. Guardo una extraña y neurótica relación de amor/odio con esas dos ciudades y también con Centro Habana. Pueden ser lugares maravillosos. O terribles. Como cualquier gran ciudad. Una máquina moledora de carne. Hay que estar a la defensiva, desarrollar músculo. Si te descuidas la ciudad te mastica, desapareces, y al día siguiente nadie recuerda nada.</span></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-19879856174665068232022-08-17T01:17:00.002-07:002022-08-17T01:21:46.340-07:00WHISKY ON THE ROCK, DOBLE<p><br /></p><p><span style="font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSfrHatSgdqAPhkCQW0xZJcqnvwH3G1DUp0d8BjX2aoa9Dkzp9YScsCE2v0jbGLUi4NEXr5wrxComlawRyCkzyg1sD6BVnCjrFwUoHhFbqBB-Otk0z85ZJTv3W0ZR1ra9-DN_O4Eh33QwFsn5nK36T4TOfNQEWEYkIcJZPnpYQ8MbQUcs4j96hEoZR/s512/1602879610043.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="384" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSfrHatSgdqAPhkCQW0xZJcqnvwH3G1DUp0d8BjX2aoa9Dkzp9YScsCE2v0jbGLUi4NEXr5wrxComlawRyCkzyg1sD6BVnCjrFwUoHhFbqBB-Otk0z85ZJTv3W0ZR1ra9-DN_O4Eh33QwFsn5nK36T4TOfNQEWEYkIcJZPnpYQ8MbQUcs4j96hEoZR/s320/1602879610043.jpg" width="240" /></a></span></div><span style="font-size: medium;">Al mediodía estoy sentado en una terracita en un pueblo de Andalucía. Hace demasiado calor y me tomo una cerveza bien fría.</span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">No pienso en nada. Tanto calor reseco me agobia. Con los años uno aprende a dejar pasar el tiempo y no pensar en las tonterías cotidianas que no tienen valor alguno. Aunque siempre divagamos un poco, no somos robots. Por suerte, todavía no. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Una señora muy mayor, quizás llega a los 80 años, se acerca por la acera, en un carrito eléctrico. Se detiene, apaga el motor y, con gran trabajo, agarra dos muletas y, muy despacio se dirige hacia una mesa. Apenas puede caminar. Adelanta unos pocos centímetros cada pie. Veo que tiene las piernas y los pies un poco retorcidos. Quizás sufrió la polio de niña, pienso.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Se acerca, sonriendo levemente, a una mesa que encima tiene una tarjeta metálica: <i>Reserved</i>. Me mira directamente a los ojos. Y yo también. No puedo reprimir el deseo de hablarle. Sonriendo le digo en un susurro: ¡Qué fuerza de voluntad! </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">No me responde. Sigue sonriendo. El camarero se acerca, para recibirla. <i>Buenos días, Alice. </i>Ella le dice: <i>Joe no viene.</i> Y él: <i>Ah, ¿usted sola? </i> Y ella: <i>Yes.</i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Sigue avanzando centímetro a centímetro. El camarero no intenta ayudarla. No lo necesita. Sólo le ayuda con la silla. Y le pregunta: <i>¿Whisky?</i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><i>Yes, doble, </i>dice ella.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Un minuto después viene él con el vaso de whisky con hielo, unas servilletas y un platito con aceitunas. Yo termino mi cerveza. Pago y me voy. Después pienso que éste bien podría ser el inicio, un poco forzado, de una novela a lo John Le Carré. Una novelita de intriga y espionaje internacional. Sucedió realmente pero, para mi gusto, no es muy convincente. ¿Esta señora maltrecha bebiendo al mediodía un doble de whisky? No me acaba de convencer, pero es entretenido, que es lo que se necesita para una novelita de género. Que sea entretenido lo que se escribe. Comienza aquí, hace un flask back y cuenta en 300 o en 400 páginas apretadas las acciones de esta señora, de joven, en la Guerra Fría. En Alemania o en Checoslovaquia.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Todo ésto sucedio realmente. Ayer. Lo cuento porque es un ejemplo perfecto de lo que digo siempre: A veces la realidad es tan extraña que no es creíble. Todo se puede convertir en literatura. Todo. Se trata más bien de cómo. Cómo se escribe es lo decisivo. </span></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-90451392378389734122022-07-06T02:17:00.000-07:002022-07-06T02:17:23.691-07:00ESCRITORES PELIGROSOS<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD13wTmgTKYV-8iPv6befRVQQkvP2qxUhncrQgHqkk0D6LR9zNW7OiqH5R1jPyT5ga19-iy8IJhM2Xb8oWNb7W7d1O9afJGwjlBBCyO6vsoAdYVtIMTWFrq7rSjq9T3jxhQbfPnMVrX3DLw0A9f1Krzp2FN-8nBhWtON4S55FI6VMqatiZgO89ir2c/s3741/IMG_20220705_180659.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3741" data-original-width="2456" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD13wTmgTKYV-8iPv6befRVQQkvP2qxUhncrQgHqkk0D6LR9zNW7OiqH5R1jPyT5ga19-iy8IJhM2Xb8oWNb7W7d1O9afJGwjlBBCyO6vsoAdYVtIMTWFrq7rSjq9T3jxhQbfPnMVrX3DLw0A9f1Krzp2FN-8nBhWtON4S55FI6VMqatiZgO89ir2c/s320/IMG_20220705_180659.jpg" width="210" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La editorial Loynaz, de Pinar del Río, Cuba, acaba de publicar <i>Escritores peligrosos y otros temas. </i>El libro debió publicarse en 2019, pero la pandemia lo retrasó. Es un tomo de casi 200 páginas con una selección de entrevistas que hice a escritores de primera línea y otros artistas básicamente en los años ´80 y ´90 del siglo pasado.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La historia del libro la cuento en una entrada anterior en este blog. Lo importante es que yo estaba convencido de que todo el periodismo que había escrito entre 1972 y 1998 se refería sólo a cuestiones muy circunstanciales, y por tanto no merecía la pena reunirlo en un libro.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Pero ante la insistencia de Kike, el director de esta editorial, y de mi amigo Norberto Codina, me decidí a revisar mis archivos, y sí, encontré bastante material perdurable. Sobre todo estas entrevistas y las crónicas. Publicado todo en la revista semanal Bohemia, y en la revista Habanera, en la sección <i>La Cuba de Pedro Juan Gutiérrez.</i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En 26 años de trabajo periodístico disfruté mucho el reportaje integral de investigación, la entrevista a personalidades y las crónicas. La entrevista a una personalidad te obliga a prepararte y a tener máxima concentración para sacar lo más que se pueda al entrevistado. Te estás enfrentando a una persona de carácter fuerte, líder de opinión, con criterios propios, y por consiguiente hay que saber mantener su atención y su deseo de expresarse y opinar. Es una gran oportunidad que no se puede desperdiciar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La crónica para mí es el género más delicioso en el periodismo. Una crónica siempre parte de un hecho real. Un suceso, un lugar, una persona. A partir de esta realidad uno puede recrear el tema, opinar, ampliar y tomarse algunas licencias. En fin, es lo más cercano a la literatura.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Y el reportaje integral de investigación ya, para mí, es el <i>summun plus ultra </i>del periodismo. Hice muchos pero decidí no incluirlos en este libro. Ya se presentarán otras oportunidades más adelante.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Tengo que agradecer a la editorial que se ocupó de digitalizar todo el material. Por supuesto era una colección de papeles amarillentos, carcomidos por el calor y la humedad tropical. También fue decisiva la edición de Alfredo Galeano, quien ya no está con nosotros, y le envío mi agradecimiento más profundo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Esta misma editorial está preparando para 2023 un tomo titulado <i>Escribir a mano</i> donde incluyo una serie de notas, artículos, crónicas, de muy variados temas. Una especie de cajón de sastre muy ameno, agradable de leer y, quizás, provechoso.</span></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-36145049318649012282022-07-03T05:18:00.005-07:002022-07-05T05:49:03.613-07:00TODA LA POESÍA<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY9ggmdd5H4f5WxJbAyqMQ1bJsx_rq4I58Eig_0MjTY0mrf0M8flrscPt_ORFUchynouEy31ADwGikT4_tmsdOwFKvj3JeoaJ6PmRLQPE5No7wv-fJ2Rox81NEWIrAOGGvqNn46Skdf8ksgwPb33K9lSQlG9D1G7cBCr6z37m6pGIyQBNzhp6ZHnfB/s3458/IMG_20220703_134343.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3458" data-original-width="2444" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY9ggmdd5H4f5WxJbAyqMQ1bJsx_rq4I58Eig_0MjTY0mrf0M8flrscPt_ORFUchynouEy31ADwGikT4_tmsdOwFKvj3JeoaJ6PmRLQPE5No7wv-fJ2Rox81NEWIrAOGGvqNn46Skdf8ksgwPb33K9lSQlG9D1G7cBCr6z37m6pGIyQBNzhp6ZHnfB/s320/IMG_20220703_134343.jpg" width="226" /></a></div><span style="font-size: medium;">La editorial Verbum, de Madrid, acaba de publicar </span><p></p><p><span style="font-size: medium;">TODA LA POESÍA, 1994-2021. Es decir, que ahí</span></p><p><span style="font-size: medium;">están reunidos los poemas de los últimos diez libros</span></p><p><span style="font-size: medium;">que he escrito en esos años. 554 páginas. Lo escrito antes</span></p><p><span style="font-size: large;"> es mejor dejarlo en el olvido.</span></p><p><span style="font-size: medium;">Fue un largo aprendizaje desde que escribí un primer</span></p><p><span style="font-size: medium;">poema a los 13 años hasta que a los 44, en 1994, </span><span style="font-size: large;"> publiqué mi primer libro de poesía: </span><i style="font-size: large;">Espléndidos peces</i></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><i>plateados. </i>En una pequeña editorial de Buenos Aires,</span></p><p><span style="font-size: medium;">gracias al empeño de una buena amiga argentina, Carrolina </span><span style="font-size: large;">Echezarreta, que se ocupó de todos los detalles.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Fue una edición de 500 ejemplares si mal no recuerdo. Es decir, si sacamos cuentas, unos 30 años de aprendizaje, sin prisa por publicar. Ni en revistas. Había publicado un librito experimentaal titulado <i>La realidad rugiendo</i>, con poemas visuales, en los años ´80. Pero prefiero no darle relevancia suficiente para aparecer en este compendio. Es mejor dejarlo como una curiosidad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El trabajo de edición estuvo al cuidado de mi amigo Pío Serrano, el siempre eficiente y encantador editor de Verbum, que hizo un trabajo excelente, en colaboración conmigo, por supuesto. Un libro de poesía no puede tener erratas y si se va alguna es preferible que no se perciba.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">De algún modo este libro es como una autobiografía. La poesía, para mí, es un relato contínuo sobre lo que pasa, lo que pienso, lo que sucede a mi alrededor, lo que siento, lo que sufro, lo que me divierte o me daña. Uno se entrega. Ahí queda.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-81925025333460484732021-05-11T08:48:00.004-07:002021-05-13T01:59:29.090-07:00ESCRIBIR DESPACIO<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-bTfgTTcI9zA/YJqdwhxw_vI/AAAAAAAABFQ/tz_XpO6oPVE1cupGoZjV58hEW55AP8KPQCLcBGAsYHQ/s1267/maquina%2Bescribir%2Bantigua.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1102" data-original-width="1267" src="https://1.bp.blogspot.com/-bTfgTTcI9zA/YJqdwhxw_vI/AAAAAAAABFQ/tz_XpO6oPVE1cupGoZjV58hEW55AP8KPQCLcBGAsYHQ/s320/maquina%2Bescribir%2Bantigua.png" width="320" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Graham Greene tenía un método infalible para escribir controladamente, sin excesos ni defectos: Escribía 500 palabras cada día, unas 50 líneas, lo cual significaba poco más de una hora de trabajo. Ni mucho ni poco. Así le quedaba tiempo para vivir. Y él era un buen vividor, en el sentido más amplio del término. Cuando se hizo mayor redujo a 300 palabras al día. Escribía de lunes a viernes, siempre a ese ritmo. De ese modo hizo 30 novelas, cinco libros de cuentos, además de biografías, ensayos, teatro y hasta libros para niños. Además de viajar mucho y ser un <i>bon vivant.</i></div><div style="text-align: justify;">Alejo Carpentier aconsejaba algo parecido: él decía que si cada día escribes una cuartilla de 30 líneas (unas 300 - 320 palabras) en un año tendrás 350 cuartillas.</div><div style="text-align: justify;">Creo que estas medidas están vinculadas al temperamento del escritor. Si eres más joven te comportarás con más ímpetu, desespero y energía, no sólo para escribir sino en todos los aspectos de la vida. Los jóvenes lo quieren todo ahora mismo.</div><div style="text-align: justify;">Después, con los años, ya no hay tanto ímpetu. Todo va más despacio. Ya no hay necesidad de apresurarse. Recuerdo que Julio Cortázar contaba en una entrevista con Elena Poniatowska que escribió <i>Rayuela</i> en un estado de desespero tal que casi no podía levantarse de la silla ni para comer. Después, con más de 60 años, ya iba mucho más lento. Y le costaba decidirse a empezar.</div><div style="text-align: justify;">Lo importante es mantener un nexo con el texto que escribimos. Si lo dejamos mucho tiempo perdemos ese contacto y será muy difícil, o imposible, continuar la escritura. Hay que obligarse a la disciplina diaria. Al menos de lunes a viernes y una hora por lo menos. </div><div style="text-align: justify;">Yo no cuento palabras. Lo hacía siempre en el periodismo porque tenía que escribir de acuerdo al espacio disponible. Pero ya eso pasó, por suerte, hace mucho. Lo que sí respeto, cuando escribo una novela, que requiere continuidad, es una disciplina de escribir de dos a cuatro horas cada día. Y releer, corregir, ampliar, modificar y volver 500 veces sobre lo escrito. Ya sin prisas. <i>El Rey de La Habana</i> lo escribí desesperado en 57 días de julio y agosto de 1998. Fue algo enfermizo y casi sobrenatural. No entro en detalles. Hoy sería incapaz de semejante proeza. Hoy soy mucho más lento. Y me cuido de no caer en excesos de locura como en aquellos tiempos atroces.</div><div style="text-align: justify;">Y lo otro esencial en este proceso es la desconexión, el descanso. Es decir, si escribí tres horas y ya estoy cansado, cierro y a otra cosa, sobre todo caminar, nadar, hacer algo físico y olvidarme del texto. Olvidarlo y no preocuparme. Está fluyendo y va a seguir fluyendo en su momento. Seguro. No hay la más mínima duda. Hay que descansar y olvidar hasta mañana. Esencial es escribir descansado, por eso la mañana es preferible. Y también la soledad y el silencio. Nada de distracciones. Esto último a veces es imposible. Chejov escribió siempre en una esquina de la mesa del comedor, en una casa llena de niños, mujeres, y hasta cuñados siempre medio borrachos, entre discusiones, gritos y conversaciones.</div><div style="text-align: justify;">Claro, a veces uno despierta a las 3 de la mañana, va al baño a orinar, y sin saber cómo, la mente está pensando en lo que le ha sucedido al personaje principal. Entonces tengo que coger una libreta que siempre está a mano, para escibir un boceto de esa idea. Y de nuevo a la cama, tranquilo, a dormir unas horas más. </div><div style="text-align: justify;">Es así. No creo que Graham Green, por muy <i>british</i> que fuera, pudiera desconectar totalmente de sus personajes. Cuando están vivos al lado de uno se ponen pesaditos y quieren que uno siempre esté hablando con ellos. Son egoístas. No quieren quedarse encerrados en casa y en silencio. No. Quieren hablarnos todo el tiempo y decirnos cosas de su vida. Aprovechan que uno les presta atención para hablar y hablar y hablar. No paran de hablar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span> <p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-20438880356629521712021-04-24T02:37:00.003-07:002021-05-01T02:32:20.172-07:00DIÁLOGO CON MI SOMBRA<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-05oNO3Uj3FM/YIKgO_HdkiI/AAAAAAAABEQ/-jHZYrNmYq8fHDWdrdfUqJED_MWSGeHRQCLcBGAsYHQ/s2048/NH675_Di%25C3%25A1logo%2Bcon%2Bmi%2Bsombra1.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1304" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-05oNO3Uj3FM/YIKgO_HdkiI/AAAAAAAABEQ/-jHZYrNmYq8fHDWdrdfUqJED_MWSGeHRQCLcBGAsYHQ/s320/NH675_Di%25C3%25A1logo%2Bcon%2Bmi%2Bsombra1.jpg" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Hace algunos años se me ocurrió que debía poner un poco de orden en mis ideas sobre el oficio de escritor. Bueno, eso parece pedante, pero al menos sí podía indagar dentro de mí y poner a la vista algunos de los mecanismos que utilizo para escribir.</div><div style="text-align: justify;">Ingenuamente pensé que podría sistematizar mi experiencia y exponerla de un modo claro y definitivo.</div><div style="text-align: justify;">Puse manos a la obra. Enseguida comprendí que era imposible. Un escritor no es un ingeniero. No puede sistematizar nada. Yo funciono básicamente por la intuición. Improviso sobre la marcha. Escribir es un juego. Un laberinto. Una agonía y una fiesta. Un vicio. Un vicio interminable.</div><div style="text-align: justify;">Lo que sí podía hacer era dialogar con alguien y profundizar en algunas zonas en las que vivo en perfecta armonía (o al menos coherencia) con mis personajes.</div><div style="text-align: justify;">Me senté y en un papel escribí varios temas que podían servirme como brújula y GPS en la conversación.</div><div style="text-align: justify;">Son: Los inicios/ Realidad y ficción/ El juego de la escritura/ Centro Habana/ Sexo/ Antihéroes/ El Caribe/ Oralidad/ Irreverencia y obscenidad.</div><div style="text-align: justify;">Es decir, nueve temas, nueve áreas, nueve parcelas.</div><div style="text-align: justify;">En seguida comprendí que el diálogo sería inevitablemente con el maquiavélico Pedro Juan, mi insoportable alter ego, que apareció junto a mí, como una sombra, desde septiembre de 1994 cuando empecé a escribir unos relatos que después integrarían la <i>Trilogía sucia de La Habana.</i></div><div style="text-align: justify;">Entonces todo fluyó a buen ritmo. Me senté a escribir y descubrí que era una tarea grata porque todo estaba dentro de mí. Todo brotaba incesantemente y yo sólo tenía que disciplinarme para no trabajar en exceso y limitar mi jornada a cinco o seis horas diarias, que es suficiente.</div><div style="text-align: justify;">Este libro -<i>Diálogo con mi sombra, sobre el oficio de escritor- </i>lo publicará Anagrama en junio próximo (junio 2021). Antes se ha publicado en Grecia, Italia y Cuba. Esta edición la he corregido y mejorado un poco más.</div><div style="text-align: justify;">Pablo Milanés, cuando lo leyó, me escribió: "No solamente un ensayo sobre literatura, sino un tratado magistral sobre la creación artística". </div><div style="text-align: justify;">Que lo disfruten.</div></span><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-87469858525443329262021-03-25T10:15:00.005-07:002021-05-01T02:37:32.665-07:00DIARIOS DE KAFKA<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-zqSLY8JsBnQ/YFy-iPRdlVI/AAAAAAAABDw/PL_2Po8BqyYZDa7KNIxovmnGNxVNJxCuACLcBGAsYHQ/s1200/kafkaaaa.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="780" data-original-width="1200" src="https://1.bp.blogspot.com/-zqSLY8JsBnQ/YFy-iPRdlVI/AAAAAAAABDw/PL_2Po8BqyYZDa7KNIxovmnGNxVNJxCuACLcBGAsYHQ/s320/kafkaaaa.jpg" width="320" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Franz Kafka empezó a escribir diarios a los 27 años, en 1910, y continuó hasta 1923, un año antes de morir.</span> </div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Falleció en el sanatorio de Kierling, cerca de Viena, el 3 de junio de 1924, debido a la tuberculosis, que lo atormentó desde 1917.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Existen varias ediciones en español de sus diarios. La colección DeBolsillo tiene una excelente edición de casi 900 páginas, con todos sus diarios y otros cuatro que escribió mientras viajaba. Estos diarios se los debemos a su amigo y albacea Max Brod, que como sabemos, desobedeció las instrucciones de Kafka y no destruyó nada. Todo lo contrario, publicó todo. O casi todo. Por ejemplo, no creo que en el último año de su vida no escribiera un diario. Estos cuadernos eran el refugio íntimo de Kafka. Hay que leerlos para comprender más a fondo su escritura. Su proceso de creación, que no era un proceso racional y lógico sino todo lo contrario. Se sospecha que, como sucede casi siempre con los diarios de escritores, Brod cortó por aquí y por allá apuntes demasiado íntimos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">En su última nota de 23 de junio, 1923, escribe: "...paseos, noches, días, incapaz de nada, excepto de dolores", Y una línea después: "Cada vez más angustiado cuando escribo".</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Ese es el tono constante. Es agobiante. La expresión íntima de una vida agobiada al extremo de la paranoia. La familia, el padre, el matrimonio, Felice Bauer, los amigos, la circuncisión, las hermanas, la vida sexual (o la no vida sexual) en el matrimonio, las pesadillas, el miedo, la indecisión, las dudas. La sensación de fracaso en todo sus escritos. Todo. Absolutamente todo pasado por el tamiz negro y gris de su día a día.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Había nacido en 1883 en Praga y murió con 41 años. Creo que no tuvo suficiente tiempo. Entre sus apuntes en los diarios continuamente aparecen diminutos relatos, diálogos, descripciones, escritos con la idea de utilizarlos depués en algún texto. Una imaginación desbordada, incesante y sobre todo angustiada. No comprende nada, dudas y más dudas, preguntas y más preguntas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">El único objetivo de su vida era escribir. En una carta a Felice Bauer, su novia durante algún tiempo: "Mi manera de vivir está organizada únicamente en función de escribir, y si sufre modificaciones, estas no tienen otro objeto que una mejor adecuación, en lo posible, a mi actividad literaria". Varias veces en el diario alude a las interrupciones que un posible matrimonio con Felice traería a su escritura. En el diario aparece una cuidadosa lista de todos los inconvenientes que podría acarrear el matrimonio en su vida. Es evidente que el amor no cuenta. No existe. La atracción sexual muchísimo menos. Nada. Sólo cerebro y cálculos implacables.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Estos diarios son un complemento extraordinario para apreciar mejor la obra (en el fondo creo que no hay nada que comprender) de este hombre que tuvo una vida breve, mediocre, gris y vulgar, pero que en sus escritos expresó como nadie el espíritu del siglo XX. Y ésto último sólo lo reafirmo porque lo escribio Elías Canetti.</span></div><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-20119873407105369412021-03-23T01:02:00.006-07:002021-03-23T01:02:52.896-07:00NUEVOS POEMAS VISUALES<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-c7QJAtmMI2Y/YFmgRMCb6hI/AAAAAAAABDg/Vtgn92kpNo4A1gPuOfrAsW4QEysQnDHEQCLcBGAsYHQ/s2048/IMG_20201012_124611.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-c7QJAtmMI2Y/YFmgRMCb6hI/AAAAAAAABDg/Vtgn92kpNo4A1gPuOfrAsW4QEysQnDHEQCLcBGAsYHQ/s320/IMG_20201012_124611.jpg" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-Dnd2Uy8ocv4/YFmgQOhojTI/AAAAAAAABDc/TSJ4jJrhMzAQ5d0rEpN-cpV_ziPprcRjwCLcBGAsYHQ/s2048/IMG_20201012_105643.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-Dnd2Uy8ocv4/YFmgQOhojTI/AAAAAAAABDc/TSJ4jJrhMzAQ5d0rEpN-cpV_ziPprcRjwCLcBGAsYHQ/s320/IMG_20201012_105643.jpg" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-8Z_2M6-qyHI/YFmgQP-icFI/AAAAAAAABDY/2rEWTblCYSwqV2wTk2Hs1CNelcLKFRRBQCLcBGAsYHQ/s2048/IMG_20201012_105620.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-8Z_2M6-qyHI/YFmgQP-icFI/AAAAAAAABDY/2rEWTblCYSwqV2wTk2Hs1CNelcLKFRRBQCLcBGAsYHQ/s320/IMG_20201012_105620.jpg" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-4PL2aFJ5A88/YFmgQEq61xI/AAAAAAAABDU/MhZXy72pDJ8OrjJJQa_1egY9AEtFNnNRACLcBGAsYHQ/s2048/IMG_20201012_082621.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-4PL2aFJ5A88/YFmgQEq61xI/AAAAAAAABDU/MhZXy72pDJ8OrjJJQa_1egY9AEtFNnNRACLcBGAsYHQ/s320/IMG_20201012_082621.jpg" /></a></div><br /><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-85447984723919218692021-02-26T01:14:00.002-08:002021-03-11T00:58:42.676-08:00MITOS Y LEYENDAS<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-1z2Omsx_fWk/YDPjEWy9s5I/AAAAAAAABCo/XD9x6_bmFDoX1QkM6YTkTl_NSLUpy3J8wCLcBGAsYHQ/s836/Cartas-a-Eloisa.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="836" data-original-width="600" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-1z2Omsx_fWk/YDPjEWy9s5I/AAAAAAAABCo/XD9x6_bmFDoX1QkM6YTkTl_NSLUpy3J8wCLcBGAsYHQ/s320/Cartas-a-Eloisa.jpg" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">En la breve historia de la literatura cubana (a mi modo de ver comienza en la segunda mitad del siglo XIX), hay unos cuantos escritores míticos que existieron para convertirse en leyendas, con vidas misteriosas, difíciles, hiperbólicas.</div><div style="text-align: justify;">Sin esfuerzo alguno recuerdo a Carlos Montenegro, Reinaldo Arenas, Cabrera Infante, Severo Sarduy, Guillermo Rosales, Gastón Baquero, Virgilio Piñera. Y por supuesto, Alejo Carpentier y José Lezama Lima.</div><div style="text-align: justify;">Todas son vidas con amplias lagunas secretas. Todos tenían algo que ocultar, o al contrario, algo que exhibir con escándalo y desparpajo.</div><div style="text-align: justify;">Pero no hay biografías. Entre los anglosajones hay toda una "industria" y una tradición de la biografía. Actores relevantes, músicos, escritores, artistas visuales, científicos, deportistas, políticos. Todos escriben autobiografías o alguien escribe sus biografías. A veces son libros escandalosos y superventas (el Matrimonio Obama acaba de recibir más de 60 millones de dólares por sus dos libritos de confesiones, por ejemplo). Otras veces pasan sin pena ni gloria, pero ahí están. Supongo que es más un fenómeno comercial que intelectual. A mí me gustan. Tengo un buen pedazo de mi biblioteca ocupado por biografías, desde Diane Arbus y Jack Kerouac hasta San Francisco de Asís, Marlon Brando, Buda y el doctor Samuel Johnson.</div><div style="text-align: justify;">Pero entre los latinos es todo lo contrario. En Italia, Francia, España, América Latina, son escasas las biografías. Algunos escritores que hacia el final de sus vidas escriben sus memorias o una autobiografía. Pocos se atreven.</div><div style="text-align: justify;">Tampoco abundan entre nosotros las recopilaciones de cartas o los diarios. Pienso que la carencia de estos libros lastra y disminuye nuestra memoria. Y me refiero concretamente a la literatura en español, que, como sabemos, es extraordinariamente diversa, rica y extensa.</div><div style="text-align: justify;">Tengo en las manos y leo poco a poco un libro estupendo de la editorial Verbum, de Madrid: <i>Cartas a Eloísa y otra correspondencia (1939-1976), </i>de José Lezama Lima. Eloísa, hermana de Lezama, preparó el libro, en Miami, y José Triana, en París, hizo la edición y escribió una magnífica Introducción. Eloísa también escribió un texto muy valioso que acompaña a esta selección. El libro vio la luz por primera vez en la editorial Orígenes, de Madrid, en 1978, dos años después de la muerte de Lezama en agosto de 1976.</div><div style="text-align: justify;">Posteriormente Pío Serrano, director y editor principal en Verbum, preparó la edición ampliada y corregida de 1998. Yo tengo la segunda edición, de 2013. En esta Pio Serrano amplió con más cartas, fotos y notas. Y, según me ha contado, tuvo varios encuentros con Eloísa para mejorar el libro todo lo posible. Esta editorial también tiene en catálogo un tomo con algunos de los Diarios de Lezama. </div><div style="text-align: justify;">En los últimos años, en La Habana se ha publicado además las <i>Cartas a Totouche</i>, que es la correspondencia de Carpentier con su madre. Él en París y ella en La Habana. Y también un pequeño Diario que él escribió antes de partir a Francia en los años 30.</div><div style="text-align: justify;">Así que algo va apareciendo por aquí y por allá. Del lobo un pelo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-90512492984178367342021-02-22T05:51:00.002-08:002021-02-22T05:54:46.867-08:00EPIGRAFES<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-MRM1k7gMUWM/YCpI_DOsY3I/AAAAAAAABCM/zvTbipVpbGIjtVUYVr87k5dc9Npf0ZqlQCLcBGAsYHQ/s225/enfermera%2Bpop%2Bcomic.jpeg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" src="https://1.bp.blogspot.com/-MRM1k7gMUWM/YCpI_DOsY3I/AAAAAAAABCM/zvTbipVpbGIjtVUYVr87k5dc9Npf0ZqlQCLcBGAsYHQ/s0/enfermera%2Bpop%2Bcomic.jpeg" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Los epígrafes, también llamados exergos, en mis libros funcionan como una inyección puesta por una enfermera bonita y sexy. Es decir, sentimos un pinchazo pero no sabemos exactamente si nos ayudará realmente a comprender lo que viene después. Y la intención es esa precisamente. El epígrafe debe ser como una señal, un guiño al lector, un pinchazo indicativo.</div><div style="text-align: justify;">He reflexionado sobre esto porque Alejo Vivacqua, editor de la revista argentina Bache, me ha pedido una nota sobre los epígrafes que utilicé en <i>Nada que hacer, </i>segundo libro de la <i>Trilogía sucia de La Habana. </i>Son dos citas extraídas de un texto del místico hindú del siglo XIX Sri Ramakrishna y de <i>Las ciudades invisibles</i>, de Italo Calvino. </div><div style="text-align: justify;">Tengo el hábito, como muchos escritores, de situar un epígrafe adecuado, que sirva como señal al lector, en la primera página de mis libros. Y también escribir la fecha y el lugar de escritura, en la última página. </div><div style="text-align: justify;">Esto último no sé por qué, este afán de marcar espacio y tiempo. Pero con los epígrafes sí lo tengo claro: Me paso años y años pensando en un libro, sobre todo las novelas, y muchas cosas que pasan en ese tiempo las relaciono con el texto que voy a escribir. A veces sucede en medio de una lectura. De repente encuentro una frase y veo que conecta muy bien con lo que estoy pensando. Entonces la apunto en una libreta que ya he destinado sólo para los apuntes del libro.</div><div style="text-align: justify;">Dedicar una libreta <b>sólo</b> para el libro es la primera señal de que me estoy acercando lentamente al hueco negro de la escritura. La segunda señal es encontrar, sin buscar, un epígrafe adecuado. Y la tercera es encontrar un título. Un título fuerte. El título me cuesta mucho porque es importantísimo y decisivo. Es la clave de todo lo que viene en el texto.</div><div style="text-align: justify;">A veces cuando termino el libro tengo tres o cuatro títulos posibles. Y tengo que decidir. Yo solo. En secreto. Sin preguntar a nadie. Escribo en secreto. Ni mi mujer puede leer lo que estoy escribiendo porque se jode todo. No se habla de lo que uno escribe porque se evapora. Si me preguntan qué estoy escribiendo, siempre respondo: "Nada. Estoy tomando apuntes. No sé".</div><div style="text-align: justify;">La primera persona que lee el libro es mi agente. Y ahí mismo una voluminosa puerta de hierro cae pesadamente entre el libro y yo. No quiero verlo más delante de mí. Que se aleje, que se pierda, para empezar a olvidar. Escribo para olvidar y dejar todo atrás. Será que como todo lo que escribo son pedazos de mi propia vida. Pedazos envenenados, pues me hace daño seguir y seguir con lo mismo. Es veneno que he dejado atrás y el olvido me salva.</div><div style="text-align: justify;">Nunca entiendo a esos escritores que hablan de su "carrera" como escritores, como si fueran médicos o abogados. Escriben con la punta de los dedos y el corazón no se entera. Pero esa es otra historia.</div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div></span><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-34542363287353224892021-02-15T07:54:00.003-08:002021-02-22T05:58:18.843-08:00ESCRITORES PELIGROSOS<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/--7RjVNwdlqk/YCqSXaI54gI/AAAAAAAABCY/sMsxjvgXYQMv_1peot6v31QY64-DMbxhwCLcBGAsYHQ/s2048/Benedetti.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1372" data-original-width="2048" src="https://1.bp.blogspot.com/--7RjVNwdlqk/YCqSXaI54gI/AAAAAAAABCY/sMsxjvgXYQMv_1peot6v31QY64-DMbxhwCLcBGAsYHQ/s320/Benedetti.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Aquí estoy en los años ´80 entrevistando a Mario Benedetti (1920-2009) para la revista semanal Bohemia. En esos años entrevisté a muchos escritores que visitaron La Habana. </div><div style="text-align: justify;">Entre ellos Gunter Grass, Ernesto Cardenal, Eduardo Galeano y unos cuantos más.</div><div style="text-align: justify;">No era fácil. Por lo general se negaban a la entrevista y yo tenía que insistir mucho para que aceptaran.</div><div style="text-align: justify;">Entonces no entendía. Ahora sí. Todos eran escritores ya consagrados internacionalmente, aburridos de ser entrevistados y no necesitaban perder una hora en conceder una entrevista para una simple revista cubana de generalidades.</div><div style="text-align: justify;">Algunos eran bromistas. Gunter Grass por ejemplo, se puso muy serio y me dijo: "No le puedo conceder una entrevista, pero si usted me sigue en cada presentación en público yo le contestaré una pregunta en cada ocasión". Y así fue. Tuve que perseguirlo por toda La Habana. Le hacía mi pregunta, él respondía con rigor y si yo intentaba hacer una segunda pregunta me daba la espalda, indignado, y concedía la palabra a otra persona. Un pacto de caballeros hay que respetarlo. Sólo que los periodistas si son muy caballeros se mueren de hambre.</div><div style="text-align: justify;">En los años que trabajé como periodista, de 1972 a 1998, disfruté mucho las entrevistas a personalidades. Bailarinas, cosmonautas, pintores, científicos sobresalientes, escritores. Ahora la editorial Loynaz, de Pinar del Río, Cuba, publicará en breve un libro que reúne algunas de esas entrevistas y una pequeña selección de crónicas. Se titula <i>Escritores peligrosos</i>, lo cual hace referencia precisamente a un momento de la charla con Benedetti, que al final la disfrutamos los dos. El fotógrafo, Humberto Mayol, tomó algunas fotos en diez minutos y se despidió. Fue en la habitación del escritor, en el hotel Capri. Cuando el fotógrafo se fue, Benedetti se relajó. Se quitó los zapatos y las medias, se masajeó los pies, un poco inflamados, se sentó en la cama con los pies en alto. Y así, relajados los dos, hablamos de todo durante más de una hora aunque habíamos pactado sólo 30 minutos.</div><div style="text-align: justify;">A quien nunca pude atrapar fue a García Márquez, que pasaba largas temporadas en Cuba. Como se sabe, Fidel y él eran buenos amigos. Conseguí el teléfono de su casa, alejada y protegida en el reparto Siboney. Siempre me salía Mercedes Barcha, su esposa, al teléfono. Y me contestaba: "Oh, no, está en la ducha". Tres o cuatro veces. A la cuarta o la quinta le dije: "¡Coño, se va a desteñir!". Me colgó. Y se acabó. No llamé más. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-48078735764679944662021-02-13T10:27:00.002-08:002021-02-15T02:10:02.745-08:00CARNE DE PERRO<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-D3bAnArDqSs/YCf7b263RII/AAAAAAAABCA/hJPJeNFH6hwo5UcjbZLicoQJUYbkQTpIwCLcBGAsYHQ/s1600/pedrojuanportada.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1054" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-D3bAnArDqSs/YCf7b263RII/AAAAAAAABCA/hJPJeNFH6hwo5UcjbZLicoQJUYbkQTpIwCLcBGAsYHQ/s320/pedrojuanportada.jpg" /></a></div><span style="font-size: medium;"><br /></span><p></p><p></p><ul style="text-align: left;"><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Al cabo de 20 años he leído de nuevo los textos de <i>Carne de perro,</i> publicado en el otoño de 2003 por Anagrama. Con ese libro cerré el Ciclo de Centro Habana, que había comenzado en 1998 cuando esa editorial publicó la <i>Trilogía sucia de La Habana.</i> El ciclo continuó con <i>El Rey de La Habana, Animal tropical, El insaciable hombre araña </i> y <i>Carne de perro.</i></span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Me cuesta mucho escribir un libro, por eso cuando veo el primer ejemplar impreso me alegra el espíritu, pero lo pongo a un lado y no me atrevo a leerlo. Intento olvidar y dejar atrás todo eso.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Quizás es que mis libros son demasiado autobiográficos. No en exactitudes, pero sí en espíritu y atmósfera. Y cuando logro rebasar una etapa de vida lo mejor y más sano es seguir adelante y no mirar atrás.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span><i>Carne de perro</i>, me doy cuenta ahora, es más una novela que un libro de cuentos. Todos los textos están concatenados y funcionan, creo, como un universo cerrado y personajes muy ligados unos a otros.</span> Pasó lo mismo con la <i>Trilogía sucia de La Habana, </i><span>al extremo que la edición norteamericana, de Farrar Straus and Giroux, en portada puso a modo de subtítulo: </span><i>a novel in short stories.</i><span> Por supuesto, no puedo explicar coherentemente por qué, pero sí puedo decir que si estoy muy metido en una realidad que transcurre en mi vida real al mismo tiempo que escribo, pues es inevitable este fenómeno. </span></span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Creo que le pasa a muchos escritores. Por ejemplo, acabo de leer <i>La pesca de la trucha en América, </i>un libro de Richard Brautigan, publicado en 1967. En español en 1996. Es un libro tan extraño como su autor. Pueden ser cuentos, pero al mismo tiempo es una novela bastante loca Y lo mismo le sucede a <i>Winnesburg, Ohio,</i> de Sherwood Anderson, autor, por cierto, que fue uno de mis guías, junto con Truman Capote y Hemingway y Carson Mc Cullers desde que yo tenía 20 ó 21 años y decidí que quería ser escritor.</span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Ahora sale una nueva edición de <i>Carne de perro,</i> por Stirner, una editorial de Madrid. Leyendo las pruebas de esta nueva edición del libro compruebo una vez más que he tenido mucha suerte con mis editores en español porque nunca me han cambiado ni una palabra. Ya sabemos como John Martin (Black Sparrow Press) corrigió en exceso muchos libros de Bukowski. Raymond Carver también soportó cambios enormes de su editor, lo cual traía discusiones y peleas. Les ha pasado a muchos. </span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">De las traducciones no puedo hablar. No las puedo revisar así que no garantizo nada. A veces cambian hasta los títulos. Por ejemplo, en Finlandia publicaron <i>Animal tropical </i>como <i>La bestia del sur.</i> Fue fatal. No se vendió y ya no publiqué nada más en ese país. En Alemania también cambiaron el título a <i>Carne de perro</i> y también fue fatal. Me trae mala suerte que me cambien los títulos. En realidad no soporto que los editores cambien nada. Que los dejen tal y como se los entrego.<i> </i>Pero los editores tienen que justificar su existencia. Es una pelea eterna escritor versus editor. Cortázar también escribió sobre el tema y sus broncas con los editores. Después de todo he tenido suerte. </span></li></ul><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br />Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-57062413869707135592021-01-23T08:20:00.000-08:002021-01-23T08:20:22.123-08:00EL ARTE DE ESCRIBIR<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-kqYa_SxjFSw/YAxDvx1NawI/AAAAAAAABBM/--xE-w6TFvoaBpQlSDqWSHCsw_g1ooDigCLcBGAsYHQ/s2048/IMG_1561.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1731" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-kqYa_SxjFSw/YAxDvx1NawI/AAAAAAAABBM/--xE-w6TFvoaBpQlSDqWSHCsw_g1ooDigCLcBGAsYHQ/s320/IMG_1561.jpg" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Esta foto la tomé en Centro Habana, cerca de mi casa, hace unos días. Un instante de la vida diaria. Un momento fugaz. Es todo lo que puedo hacer. Mirar, escuchar, sentir, reflexionar sobre el pálpito continuo de la vida. Es lo que hace cualquier escritor. Es simple. Vivir con intensidad, reflexionar, y escribir. Es sólo un intento para comprender un poco más lo que está pasando dentro de mí y a mi alrededor. Sin pretensiones. Comprender. Y nada más. Un proceso interminable hasta que la vida misma es escritura. Y viceversa.</div><div style="text-align: justify;">La editorial independiente Stirner, de Madrid, publicó en 2019 un libro poco conocido de Henry Miller. Se titula <i>La sabiduría del corazón. </i>Originalmente lo editó New Directions en New York, en 1941. Contiene unos 17 ensayos y artículos de Miller sobre la escritura y sus alrededores. Lo leo poco a poco. En uno, titulado <i>Reflexiones sobre el arte de escribir,</i> Miller afirma: "Incluso hoy en día no me tengo por escritor en el sentido ordinario de la palabra. Soy un hombre que cuenta la historia de su vida, un proceso que se me aparece cada vez más y más inagotable conforme avanzo. Como la evolución del mundo, no tiene final... Casi desde el mismo comienzo, ya era profundamente consciente de que no existe meta última alguna. Nunca he esperado poder abarcar la totalidad, sino sólo dar en cada fragmento aislado, en cada obra, la sensación del todo".</div><div style="text-align: justify;">Más adelante reflexiona sobre el azar y la intuición como elementos esenciales de la escritura. "El artista que llega a ser absolutamente consciente, cesa en consecuencia de ser un artista". Hay que liberar los demonios. Dejarlos que corran delante de uno y descubran nuevos caminos para seguir adelante. Eso lo saben todos los grandes escritores y los grandes artistas. Muchas veces uno escribe y no sabe a dónde va a parar todo eso que está ya escrito. Dice Miller: "La gran obra debe ser inevitablemente oscura excepto para unos pocos, aquellos que, como el autor, están iniciados en los misterios. La comunicación, por tanto, es secundaria; es la perpetuación lo que importa. Para ello sólo se necesita un único buen lector... Cada línea y cada palabra está vitalmente conectada con mi vida, con mi vida únicamente."</div><div style="text-align: justify;">Vivir y escribir así implica el riesgo. Para evitarlo muchos escritores sólo se dedican a novelas históricas. Y evitan el riesgo de escribir sobre sus contemporáneos. O no les interesa mucho el tiempo que les ha tocado. Miller dice: "Si debe haber algún progreso en la vida, procede no de la adaptación sino del riesgo, de obedecer el impulso ciego. ´La ausencia de riesgo es mortal´, decía René Crevel, una frase que no olvidaré nunca".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-17012624742227870022021-01-13T02:56:00.003-08:002021-01-13T02:56:27.038-08:00HASTA LUEGO, ENRIQUE<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-tbitoNv9jG0/X_7KoLSBGCI/AAAAAAAABA8/NzX5b6JhoLkNusLveGO4KKKaVzQIZyRZACLcBGAsYHQ/s2048/IMG_20201026_170422.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1536" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-tbitoNv9jG0/X_7KoLSBGCI/AAAAAAAABA8/NzX5b6JhoLkNusLveGO4KKKaVzQIZyRZACLcBGAsYHQ/s320/IMG_20201026_170422.jpg" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;">Ayer, martes 12 de enero 2021, falleció en La Habana, Enrique Pineda Barnet. Tenía 87 años. Muy debilitado físicamente pero con el coraje, la alegría y el desenfado de siempre. Debo añadir que también con la humildad y el buen humor.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Nos conocimos hace muchísimos años. Él dirigía el rodaje de una de sus películas, <i>Aquella larga noche, </i>basada en las vidas de Lidia y Clodomira Giralt, mártires de la revolución. Las locaciones se habían situado en Soroa (montes muy parecidos a la Sierra Maestra), pero a escasos 70 kilómetros de La Habana, Y era 1979, según veo ahora en la ficha de la película, Así que hace más de 40 años. Le hice una larga entrevista. Más adelante colaboré con él en un guión para un largometraje sobre una jueza de un tribunal habanero. Un personaje real. Demasiado real. Tan real y fuerte que nunca se filmó la película. Igual mala suerte corrió otro guión más. Y pasaban los años y Enriquito no filmaba nada. Lo cual es muy frustrante porque trabajar trabajaba, pero sus guiones no eran aprobados en el ICAIC. Entonces preparó el guión de <i>La bella del Alhambra.</i> que ganó el Premio Goya 1990 a la mejor película, protagonizada genialmente por Beatriz Valdés. Como era un musical y encima situado en los años 20 o en los 30, pues sí se filmó y tuvo una gran repercusión. Personalmente, creo, será recordado sobre todo por esta película, de la que siempre estuvo muy orgulloso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Enrique fue siempre tan generoso y cultivó tantos buenos amigos que desde ayer muchos estamos orando y agradeciendo que existiera y que fuera nuestro amigo y que nos enseñara con su ejemplo a vivir con sosiego, a fluir cada día, a sonreir siempre a los buenos y a los malos tiempos. En fin, a agradecer y disfrutar cada día de vida que tenemos. Hasta luego, Enriquito. Seguimos.</span></div><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-681227979947665226.post-40421592448910146602021-01-11T10:18:00.003-08:002021-01-14T01:21:22.305-08:00NADIE ES PROFETA...<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-rO48wGJsixA/X_yLHRAz8UI/AAAAAAAABAw/RsFcK-4JzkwyzThh6Bk4q6O8yaw3f8OUACLcBGAsYHQ/s254/EDNA%2BO%25C2%25B4BRIEN.jpeg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="198" data-original-width="254" src="https://1.bp.blogspot.com/-rO48wGJsixA/X_yLHRAz8UI/AAAAAAAABAw/RsFcK-4JzkwyzThh6Bk4q6O8yaw3f8OUACLcBGAsYHQ/s0/EDNA%2BO%25C2%25B4BRIEN.jpeg" /></a></div><span style="font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Acabo de releer <i>La chica de los ojos verdes,</i> de la escritora irlandesa Edna O´Brien. Es una novela muy autobiográfica y muy bien escrita, es decir, muy convincente. La leí por primera vez hace cinco o seis años, y no me gustó. Así somos los lectores. Ahora me ha parecido estupenda. Todo en nosotros cambia con el tiempo, no sólo las células. Ella publicó su trilogía: <i>Las chicas del campo, La chica de los ojos verdes </i>y <i>Chicas felizmente casadas,</i> en los años 60. El primer libro fue un escándalo en Irlanda porque describe con máxima crudeza la sociedad represiva, machista y ultraconservadora-católica sobre todo de la Irlanda rural.</div><div style="text-align: justify;">El rechazo llegó a tal extremo que el párroco de su pueblo quemó tres ejemplares del primer libro en la plaza pública. "El catolicismo lo impregnaba todo y censuraba todo. Todo era pecado y había una vigilancia constante", dijo Edna en una entrevista con un periódico español. Por cierto, en castellano se publicó sólo en 2013, 2014, 2015, cuando la editorial independiente <i>errata naturae, </i>de Madrid, la tradujo gracias a la ayuda económica del Ireland Literature Exchange, de Dublin.</div><div style="text-align: justify;">Así que Edna O´Brien no fue profeta en su tierra, pero tampoco en Londres, adonde se fue a vivir desde joven. No le fue fácil abrirse paso.</div><div style="text-align: justify;">Ella nació el 15 de diciembre de 1930, en un pequeño pueblo irlandés. Con un padre alcohólico y una madre ultrarreligiosa católica, quien consideraba la escritura como "un camino de perdición".</div><div style="text-align: justify;">Edna huyó a Dublín. En 1950 se diplomó en Farmacia y trabajó como boticaria. En 1960 publicó su primera novela. Y ya siguió, Kate y Baba son las dos protagonistas de su trilogía. Asegura que "Kate es la protagonista, pero Baba es como mi yo secreto".</div><div style="text-align: justify;">Ha escrito novelas, relatos cortos, poesía, y guiones de cine. Sobre el oficio de escritor dice: "Es un trabajo masoquista, pero cuando uno consigue un párrafo, una simple frase perfecta, entonces, ¡qué felicidad!".</div><div style="text-align: justify;">Ha escrito siempre a mano y aseguró a ABC cultural, en 2019: "Los libros no, pero la literatura es un animal que está muriendo. Eso tiene que ver con el anhelo de muchos escritores por la fama, la ambición, la notoriedad y la falta de disciplina". Y: "Me gusta rezar. Cuando rezas hay sinceridad y no estás ofendiendo a nadie".</div><div style="text-align: justify;">Ahora, con 90 años: "Soy consciente de mi edad, de los achaques propios de mi edad. Por eso una tiene que rezar para tener fuerza y más fuerza y todavía más fuerza".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><b>Post Scriptum:</b> Como sucede siempre, la realidad supera a la ficción. Edna O´Brien se quedó corta. El martes 12 de enero 2021 se reveló una investigación de seis años realizada en centros de acogida irlandeses para madres solteras y sus hijos. Entre 1922 y 1998, más de 9 mil niños murieron en esos centros, regidos por la Iglesia Católica, por malnutrición, malos tratos, abuso emocional y otros motivos. El escándalo provocó que el primer ministro de ese país pidiera disculpas públicamente y dijo que "es un capítulo vergonzoso, arduo y oscuro de la historia irlandesa reciente. Una cultura profundamente misógina". La investigación se centró en 18 instituciones que acogieron a unas 56 mil madres solteras y unos 57 mil hijos "ilegítimos".</div><div style="text-align: justify;">Una testigo aseguró "Sufrí la tiranía de las monjas, que nos dijeron día tras día que éramos unas desvergonzadas".</div><div style="text-align: justify;">En la mayoría de los casos los padres echaban de la casa a las hijas que, solteras, quedaban embarazadas, y no tenían otra opción que ingresar en los infernales centros de acogida, llamadas ahora por la prensa irlandesa como "Casas del horror".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p></p>Pedro Juan Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02344264415861855598noreply@blogger.com1