Mi casa

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© Héctor Garrido

lunes, 25 de julio de 2016

UN MURAL PARA BUKOWSKI

Un  fan de Bukowski pintó este estupendo mural en una calle de Kingswell, Los Angeles, la ciudad natal y donde siempre vivió el maestro. Murió hace 22 años pero sigue vivo.

jueves, 21 de julio de 2016

CELO PROFESIONAL

Siempre me llama la atención el celo profesional de Bukowski respecto a Norman Mailer. En Shakespeare nunca lo hizo, Bukowski narra en escasas cien páginas su viaje a Europa (París y Alemania) en 1978, acompañado por su compañera Linda Lee y un fotógrafo,Michael Montfort. En la foto los vemos  paseando por el Rhin o algo así, muy divertidos botella en mano. En el libro menciona tres veces a Mailer. En una de esas ocasiones narra lo mal que se siente asediado por periodistas y fotógrafos en Hamburgo y escribe: "¿Creen que soy Norman Mailer? ¿No saben que en mi país los editores tiran apenas cinco mil copias de mis libros?". Y ya hacia el final escribe que a Mailer le pagaron un millón de dólares por su crónica sobre el viaje a la Luna, y "Yo aquí estoy escribiendo este libro sin adelanto y sin seguridad de que lo publicarán". 
Así que Bukowski envidia sin ambages, y de un modo muy ingenuo, a Mailer por las cifras exorbitantes que lograba. Y quizás Mailer  envidiaba a escondidas (era tremendo caimán, incapaz de decir en voz alta lo que no le convenía) a Bukowski y  seguramente a Truman Capote, por ser dos escritores perfectos, dos estilistas puros que jamás escribían una palabra de más. No se les escapaba ni una chapucería. En cambio Mr. Mailer era un chapucero de mucho cuidado. Su gran especialidad era escribir muchas páginas bien enredadas para no decir nada. Me asombro cada vez que releo unas cuantas páginas de Mailer. Es imposible enredarse más con las palabras y lograr que uno lea diez páginas sin enterarse de nada sustancial. Mailer no tenía ni una micra de talento pero en cambio era buen negociante.  Sin escrúpulos. Sabía venderse en los medios, formar escándalos, agredir a los otros escritores para mantenerse en el candelero y abrir mercado, 
Bukowski en cambio fue un escritor nato. Escribió como un salvaje pero no sabía venderse. Era un artista total. Y tuvo el privilegio de vivir en California en los años ´60 y ´70. ¿Tengo que recordar todo lo que pasó allí en esas décadas? Fue el momento perfecto para romper con todo, arrasar con todo, y partir de cero. Bukowski no tuvo amigos perdurables, ni mujeres perdurables, ni nada perdurable. Su vida fue un desastre y varias veces estuvo rondando las ideas del suicidio. Sólo Linda Lee fue capaz de permanecer a su lado por unos veinte años,  hasta que murió. Y eso porque lo cogió ya cansado y un poco lelo por los rastros de sangre que a veces salían en su alcohol arterial. Murió en 1994, con 73 años, de leucemia. Está considerado definitivamente como el último escritor maldito de la literatura norteamericana. Y como están las cosas en ese país con la corrección política y el miedo a todo, no creo que surja otro escritor maldito en los próximos 500 años. Están muy ocupados con el dinero y la tecnología para pensar en escribir poemas y cuentos sobre la gente de los bajos fondos. Además, los académicos no lo soportan porque es demasiado inclasificable y jamás fue a buscar trabajos en universidades o en sitios del sistema. Se mantuvo siempre bien alejado y solitario.  Cuando pregunto a algún profesor de literatura norteamericano lo descalifican: "Es un escritor para jóvenes" y sonríen burlones como quien dice: "No merece que se le recuerde". Es una pena que en su propio país quieran echarle mierda encima y hundirlo para siempre. Una pena.