Mi casa

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© Héctor Garrido

martes, 11 de octubre de 2016

ÉLMER MENDOZA

Acabo de leer El amante de Janis Joplin (Tusquets 2001), de Élmer Mendoza. Nos conocimos en Oaxaca, durante una feria de libros. Nos caímos bien. Es un tipo sencillo y nada pretencioso. Vive en Culiacán, Sinaloa, en el ojo del huracán. Tomamos tequila, brindamos por conocernos y no hablamos mucho. Bebimos más ya que, de paso, teníamos barra libre en unos camerinos muy chulos al lado del escenario. Nos reímos, no me acuerdo de qué, pero nos reímos bastante. Me dijo que había leído algo mío. Yo compré este libro y lo acabo de leer ahora.
Élmer escribe a velocidad de vértigo. Algo que no sabe hacer cualquiera. Es muy difícil y lleva mucho tiempo aprender a escribir sólo lo necesario y no darle mierda al lector. Además, usa toda la jerigonza casi incomprensible de los jóvenes narcos y guerrilleros de esa época (años '60 y '70). Esos jóvenes fluctuaban desde el analfabetismo total de unos hasta la mezcla confusa de Mao con Nietzche en otros. En fin, un libro duro, musculoso, pura fibra, enloquecido, y absolutamente convincente. Creo que no es una simple novela policiaca entretenida, sino un valioso documento de la memoria mexicana.  Tan válido y efectivo como cualquiera de las grandes novelas mexicanas que todos conocemos (Carlos Fuentes, Rulfo, etc).No se olvida fácilmente y da deseos de leerlo de nuevo dentro de un tiempo. Con personajes inolvidables: David, Rebeca, El Chato, El Cholo. Lo recomiendo con 5 estrellas. Ahora quiero leer algo más de este loco que, claro, en la vida real, no es un loco sino un tipo bastante normal, hasta donde se puede ser normal si vives en Culiacán, donde las amapolas brotan solas en los jardines y se reproducen. Las amapolas del bulbo resinoso, no las otras, bonitas, de flores frágiles que duran pocos días al borde de la carretera. Me alegro muchísimo de haber descubierto (tardíamente, ya lo sé) a Élmer, que se mantiene alejado del DF, ciudad mastodóntica donde se concentran algunos chilangos que escriben muy mal y no tienen nada que decir pero se pasan la vida haciendo grupitos y publicando manifiestos y proclamas. Intentan acaparar los medios sea como sea y llamar la atención. Ven la escritura como un gran negocio. Y a veces hasta les da resultados y consiguen buenas chambas.
Mientras tanto, Élmer es cuarto bate y batea de home run. Me recuerda a algunos de los mejores chicanos de hace unos años atrás: Hinojosa, Sandra Cisneros, Una casa en Mango Street, y cosas así. Una pena que estén un poco olvidados. Eran de Aztlan. Unos cuantos, muy duros, con una obra importante. Ni mexicanos ni gringos. Chicanos de Aztlán. Otra cosa. Élmer se acerca a esa gente. Buena raza. Un abrazo, broder.

1 comentario:

  1. "El amante de Janis Joplin¨ fue el primer libro que leí de Élmer Mendoza. Y sabes, es un crack. Lo leí por recomendación de Fadanelli. Un chilango, que no escribe nada mal. Pero vos maestro, usted es loco. Pero dejemos los halagos para otra ocasión. También puedes leer "El asesino solitario". Y seguir, es un autor como tú. Difícil de parar de leer. Uno quiere seguir. Y espera su siguiente libro. Hasta que algún día dejan de publicar. Y nosotros de leerlos. Regresando todos a la bruma de la noche, al infinito.

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