En 1977 aún no existía internet, ni teléfonos móviles, tablets y toda la parafernalia que tenemos ahora. Pero ya en ese año, Saul Bellow (1915-2005), Premio Nobel de Literatura en 1976, se quejaba amargamente del enorme caos informativo que a diario tenía que soportar el ciudadano medio de este planeta. Al menos el ciudadano medio de USA y otros países desarrollados.
En unas sesudas conferencias dictadas en marzo de ese año, y reproducidas en su libro Todo cuenta (Random House Mondadori, 2007), asegura: "La atención del público es como un continente invadido, conquistado, ocupado por una multitud de fuerzas: políticas, comerciales, técnicas, periodísticas, propagandisticas. Las enormes empresas designadas por la expresión "industria de la comunicación", informan, malinforman o desinforman al público sobre la política, las guerras y las revoluciones, sobre los conflictos raciales o religiosos, la educación, el derecho, la medicina, los libros, el teatro, la música, la cocina. Elaborar esa lista da una engañosa impresión de orden. Lo cierto es que nos hallamos en un insoportable estado de confusión, de distracción."
Y seguía: "...el New York Times contiene en un día laborable cualquiera más información que la que un contemporáneo de Shakespeare podía adquirir a lo largo de toda su vida... ¿Para qué queremos tal plétora de información? La mayor parte de ls noticias que nos ofrece el New York Times no nos sirve para nada. Para envenenarnos, sencillamente." Y tras abundar sobre el papel de la literatura como elemento sustancial de la cultura para ampliar nuestro horizonte y ayudarnos a pensar y a tener ideas
propias, dice: "Lo que importa a los narradores de historias y novelistas son las esencias humanas descuidadas y olvidadas por un mundo distraído".
Bellow murió en 2005 cuando internet empezaba a extenderse y a conquistarnos con sus bondades. Y sigue. Todavía falta mucho. Mucho más. Según algunas fuentes, menos del 33% de la humanidad tiene acceso a internet. El precio que estamos pagando es alto. He preguntado a algunos jóvenes estudiantes de instituto preuniversitario, habaneros, de 18 años, de uno y otro sexo. ¿Cuántos libros has leído en toda tu vida? Se ríen, piensan un poquito y me responden: "tres, cuatro, cinco, ninguno, dos." No son respuestas confiables, por supuesto. Probablemente es menos aún. Todos se están preparando para dentro de unos meses ingresar en la universidad en alguna carrera. Están al día con las redes sociales, las vidas de la farándula, la música, las series de TV, las películas de acción, pero les parece imposible dedicar unos días a leer un libro. Es que ni lo piensan, sencillamente. Para ellos, leer un libro es algo tan extraño, difícil, imposible, como hacer un viaje a la Luna.
Cada día se lee menos. Es fácil encontrar las cifras de ventas de libros. Se reducen cada año. Jorge Herralde, ex de Anagrama, me decía hace unos meses: "Es que los jóvenes no dedican su dinero a comprar libros". Claro, lo invierten en supermóviles, tablets, etc.
Trato de no ser catastrofista, pero, objetivamente, a este paso, me parece que en un máximo de 20-30 años, cuando mucho, ya no existirán los libros de papel, sólo los ebooks. Habrá menos escritores, menos editoriales, menos librerías y menos lectores. Menos literatura. Menos pensamiento humanista. No debemos hacernos ilusiones. Es un proceso mucho más rápido e irreversible de lo que desearíamos. Y no será doloroso porque esos jóvenes que hoy tienen 18 años no aman los libros, así que no tendrán "pérdidas". Al contrario, se alegrarán de no tener libros en casa. Así no habrá polvo y polillas en los estantes. Como mis padres se alegraron de dejar atrás los quinqués y faroles de queroseno y poder enceder una bombilla eléctrica sólo con un click en el interruptor. Mucho más limpio y fácil.
Algunos escritores ya se quejan de que venden mucho menos cada año. Javier Marías, por ejemplo, lo ha escrito en su página en El País Semanal. Otros son más discretos porque es desagradable reconocer rn público que cada año vendes menos libros. Pero, bueno, no podemos tener miedo al futuro. Hay que sonreir y seguir adelante. De momento, en julio próximo (2019), Anagrama publicará mi última novela, Estoico y frugal. Cuenta una historia de Pedro Juan en Europa, concretamente, en España, Alemania e Italia, en el invierno de 1998. Un poco más adelante, Anagrama también publicará Diálogo con mi sombra, sobre el oficio de escritor. Que es un diálogo entre el personaje Pedro Juan y el escritor Pedro Juan Gutiérrez, sobre cuestiones específicas del oficio de la escritura de ficción. En fin, seguimos, sonríamos y no pensemos en el apocalipsis.
Linda entrada... ¿Qué es el internet? un conjunto de computadoras interconectadas por medios físicos y protocolos... dejemoslo ahí... Estoy de acuerdo con usted en que en estos tiempos se esta viviendo un deterioro aceleradísimo en cuanto a la degradación cultural. Pero soy de la idea de que toda la culpa la tiene el uso que hacemos de la tecnología. ¿Por qué no investigamos el lado bueno de la tecnología, mas suscintamente el internet... "se que es incomodo para muchos escritores lo que voy a decir" pero nunca, antes en la historia de la humanidad ha existido una accesibilidad tan masiva de libros y contenido cultural como en el siglo XXI gracias a la tecnología. ¡Gracias a la tecnología se han logrado romper barreras y hacer posible el acercamiento humano (Gracias al internet he encontrado una amistad fiel a miles de kilometros)
ResponderEliminarCulpar de algo así a la tecnología es absurdo, es tan absurdo como decir: ¡NO FABRIQUEMOS MAS AUTOS, PORQUE A LA GENTE LE DA POR ATROPELLAR!
Por otro lado ¿Qué pueden argumentar las editoriales? su negocio es vender libros ¡ES NATURAL QUE ESTEN EN CONTRA DE LA INTERNET! gracias a la internet la gente mas desfavorecida puede tener a su alcance buenas obras literarias, músicales o gráficas...
¡Dios no entiendo esta manía de la gente, primero era la TV y ahora el internet!
Es mi opinión...
Gracias por el artículo, muy bueno...
PD
ResponderEliminarSi el Ebook me va a permitir leer lo doble y con mas comodidad... ¡Bienvenido sea el EBOOK!
Pero ese ya es otro tema, estaré al pendiente aquí en su blog por si escribe algo sobre el Ebook... ¡Son muy buenos sus artículos!
Gracias