Mi casa

Mi casa
© Héctor Garrido

miércoles, 17 de agosto de 2022

WHISKY ON THE ROCK, DOBLE


Al mediodía estoy sentado en una terracita en un pueblo de Andalucía. Hace demasiado calor y me tomo una cerveza bien fría.

No pienso en nada. Tanto calor reseco me agobia. Con los años uno aprende a dejar pasar el tiempo y no pensar en las tonterías cotidianas que no tienen valor alguno. Aunque siempre divagamos un poco, no somos robots. Por suerte, todavía no. 

Una señora muy mayor, quizás llega a los 80 años, se acerca por la acera, en un carrito eléctrico. Se detiene, apaga el motor y, con gran trabajo, agarra dos muletas y, muy despacio se dirige hacia una mesa. Apenas puede caminar. Adelanta unos pocos centímetros cada pie. Veo que tiene las piernas y los  pies un poco retorcidos. Quizás sufrió la polio de niña, pienso.

Se acerca, sonriendo levemente, a una mesa que encima tiene una tarjeta metálica: Reserved. Me mira directamente a los ojos. Y yo también. No puedo reprimir el deseo de hablarle. Sonriendo le digo en un susurro: ¡Qué fuerza de voluntad! 

No me responde. Sigue sonriendo. El camarero se acerca, para recibirla. Buenos días, Alice. Ella le dice: Joe no viene. Y él: Ah, ¿usted sola?  Y ella: Yes.

Sigue avanzando centímetro a centímetro. El camarero no intenta ayudarla. No lo necesita. Sólo le ayuda con la silla. Y le pregunta: ¿Whisky?

Yes, doble, dice ella.

Un minuto después viene él con el vaso de whisky con hielo, unas servilletas y un platito con aceitunas. Yo termino mi cerveza.  Pago y me voy. Después pienso que éste bien podría ser el inicio, un poco forzado, de una novela a lo John Le Carré. Una novelita de intriga y espionaje internacional. Sucedió realmente pero, para mi gusto, no es muy convincente. ¿Esta señora maltrecha bebiendo al mediodía un doble de whisky? No me acaba de convencer, pero es entretenido, que es lo que se necesita para una novelita  de género. Que sea entretenido lo que se escribe. Comienza aquí, hace un flask back y cuenta en 300 o en 400 páginas apretadas las acciones de esta señora, de joven, en la Guerra Fría. En Alemania o en Checoslovaquia.

Todo ésto sucedio realmente. Ayer. Lo cuento porque es un ejemplo perfecto de  lo que digo siempre: A veces la realidad es tan extraña que no es creíble. Todo se puede convertir en literatura. Todo. Se trata más bien de cómo. Cómo se escribe es lo decisivo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario