Mi casa

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© Héctor Garrido

domingo, 22 de septiembre de 2019

LA CUEVA DEL GATO

Aquí estoy hoy domingo, al mediodía, muy cerca de la entrada a la Cueva del Gato, esto es a unos kilómetros de Ronda, Andalucía. En la Galería del Caballo hay un ciervo pintado en ocre, de una edad aproximada de 20 mil años. Es decir, una pintura rupestre del Paleolítico Superior.  Y más adentro se han encontrado restos arqueológicos de 12 mil a 3 mil años, aunque todo muy expoliado por la falta de cuidado desde que en 1914 se descubrió el lugar. Un poco más adentro hay un conjunto de pinturas rupestres de épocas neolíticas y  calcolíticas. Pero no han sido bien estudiadas. Ahora el acceso está muy limitado y las autoridades han desplegado suficientes medidas de protección y conservación. De hecho no pude entrar. Hay que reservar con  tiempo suficiente.
Por dentro de la cueva transcurre el río Guadares que al salir se une como afluente al Guadairo. Y cerca, relativamente, está la famosa Cueva de La Pileta, con abundantes pinturas rupestres bien estudiadas, consideradas las más importantes en arte rupestre del Mediterráneo. Aunque en realidad el conjunto más importante y atractivo de pinturas rupestres en España está en la Cueva de Altamira, en Cantabria. Un lugar impresionante. Lo visité hace unos quince años y es impactante. Es un conjunto que totaliza 18 cuevas con pinturas al norte de España. Diez en Cantabria, cinco en Asturias y tres en el País Vasco. Las pinturas en estas cavernas están datadas entre 35 mil y 11 mil años. Altamira (descubierta en 1868) sobre todo, al igual que Lascaux (descubierta en 1940) integran hasta ahora lo más completo y amplio en pinturas rupestres, sobre todo Lascaux, considerada como el mayor museo del mundo en arte rupestre.
Me apasionan las pinturas rupestres. Son como una síntesis de magia y misterio inexplicable. ¿Exorcismo? ¿Divinidad? ¿Conjuro? O sólo un agradecimiento, una fiesta mientras comían los animales cazados. O quizás una mezcla de todo eso. Y más. Ante estas pinturas maravillosas uno comprende la delicada fragilidad del ser humano. El miedo ante el misterio y el valor y la tenacidad ante el hecho de seguir vivos cada día. Espléndidamente vivos, agradeciendo. Y seguir. Y seguir. Eternamente.

1 comentario:

  1. Buenas tardes, Juan Gutiérrez, aquí en Brasil también tenemos un rico sitio arqueológico: la Serra da Capivara (Piaui) con un enorme arte rupestre, dicen que es el más antiguo del continente americano.

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