Mi casa

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© Héctor Garrido

lunes, 23 de enero de 2017

UNDERGROUND EN CUBA

Hasta los perros tienen entrada en la Wikipedia pero el escritor Carlos Montenegro no tiene nada. Aparece poco en internet. Casi no aparece. Su novela Hombres sin mujer, una de las novelas más escalofriantes y brutales de la literatura cubana, está a punto de cumplir 80 años, en 2018.
Carlos Montenegro nació en Pobra do Caramiñal, una aldea de La Coruña, Galicia, el 27 de febrero de 1900, de madre cubana y padre gallego, una familia pobre. Vino para Cuba siendo un niño y a los 14 años se enroló de marinero en un barco. Tuvo una vida agitada e intensa. A los 19 años asesinó a puñaladas a un hombre en una riña callejera en La Habana Vieja. Cumplió en el Castillo del Príncipe una condena de 14 años, 8 meses y 21 días. En la cárcel comenzó a escribir cuentos. Ganó premios en algunos concursos. Atrajo la atención de numerosos intelectuales quienes pidieron su libertad. Pero la demanda no fructificó. Cumplió su condena completa. El 7 de junio de 1931 sale de prisión.
Después tiene una vida ditirámbica. Primero comunista activo, después de derechas y ultraderecha. Trabajó como periodista. Su extraordinaria y muy bien escrita novela Hombres sin mujer sale publicada en la Editorial Masas, de México, en 1938. De nuevo se reedita en México en 1959 y en 1981. En España en 1990. 
En Cuba la primera edición la hace Letras Cubanas en 1994. A partir de ahí registra varias ediciones en Cuba, México y España. Todos estos datos los tomo del prólogo a a la muy documentada edición de 2013 de Letras Cubanas, a cargo de Jorge Domingo Cuadriello.
Esta novela, inusual y extraordinaria, a mi juicio abre lo que llamo la corriente de la literatura underground cubana. Es decir, libros de ficción sobre temas, ambientes, escenarios, personajes e historias "sucias" de los bajos fondos, "historias desagradables" o como quiera llamarles cada quién. Un tipo de narrativa que se aleja mucho de los temas y ambientes de la clase media, que es lo habitual en la literatura moderna mundial. A fin de cuentas, la literatura es un asunto de la clase media.
Hombres sin mujer trata sin tapujos el tema de la homosexualidad violenta y brutal en las cárceles cubanas. El protagonista existió realmente y el escritor ni le cambió el nombre. Montenegro escribió la novela mientras permanecía preso y muchas veces dijo que era ante todo una denuncia a las difíciles condiciones de vida en las cárceles cubanas.
Creo que esa línea underground comienza con Hombres sin mujer, en 1938 y sigue con unos pocos libros más: Boarding Home, de Guillermo Rosales; Antes que anochezca, de Reinaldo  Arenas; algunos de mis libros, sobre todo Trilogía sucia de La Habana y  El Rey de La Habana. Seguramente se puede incluir algún libro de Guillermo Vidal, de Severo Sarduy y de otros autores que vivieron y murieron en el exilio. No puedo entrar ahora a un inventario exacto porque no soy investigador. Soy un simple lector que a veces registra destellos de intuición. Así que dejo el asunto a los estudiosos de la narrativa cubana.
Quiero añadir algo esencial: Hay una literatura cubana luminosa, publicada, estudiada, promovida. Sus autores reciben premios y aplausos: Carpentir, Lezama, Eliseo Diego, etc. Y está muy bien que así sea. Pero por debajo del Yang está el Ying. Por debajo de la luz la oscuridad es la base que sustenta. Por debajo de lo blanco lo negro. Atrás de la sonrisa, el gesto amargo, en los oscuros túneles del underground corren estos libros maravillosos que son como la otra cara de la misma moneda.
Basta anotar que Hombres sin mujer no se publicó en Cuba hasta 1994. Es decir, 57 años después de su primera edición (mexicana). ¿Por qué? ¿Miedo de los editores? ¿Desprecio? ¿Incomprensión?
Bueno, Montenegro se fue de Cuba en 1959 y se alió a grupos de la contrarrevolución. Quizás esa es la explicación para semejante vacío. Él murió en Miami el 5 de abril de 1981 sin ver su novela publicada en Cuba.
En fin, la literatura cubana es mucho más de lo que parece. Pero es difícil abarcarla en su totalidad. La política y sus secuelas siempre se inmiscuyen. Supongo que es cuestión de tiempo y relax. Es una pena porque nos estamos perdiendo libros importantes y dispersos.

4 comentarios:

  1. Esa otra forma de hacer literatura fue la que me abrió los ojos de pequeño. Descubrí la trilogía sucia de La Habana con veinte años y cambió el concepto en cuanto a la forma de expresar los sentimientos, que al fin y al cabo, son los mismos para todos. Gracias en parte a ti Pedrojuan, escribo como escribo, no caigo en eufemismos ni suavizo la sucia realidad. Saludos desde Málaga.

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  3. Gracias pedrojuan...
    acabo de descargar el libro de montenegro...
    a conocerlo !

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  4. Pedro Juan, buenas noches, me gustaría mucho leer tus libros en español, pero no lo éxito en comprarlos en internet (ebook), tampoco impreso. Vivo en Brasil y caso sea posible me encantaría comprar los títulos Trilogía sucia de La Habana y el El Rey de La Habana, por lo menos. Mi correo es cneia2009@gmail.com

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