Mi casa

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© Héctor Garrido

lunes, 16 de enero de 2017

MARTHA GELLHORN

Aquí tenemos a Hemingway con su tercera esposa, Martha Gellhorn. Parecen felices y encantadores, pero no fue así. Es sólo imagen pública.
Hay un tipo de periodistas/escritores que se dedican a viajar para después escribir libros de viajes. Generalmente son una pesadez inmetible, muy pocos se salvan. En cambio hay libros de viajes que son clásicos espléndidos. Una pequeña lista personal: Se oyen las musas, de Truman Capote, Through the Dark Continent, de Henry M. Stanley, Naufragios, de Alvar Núñez Cabeza de Vaca,  Viaje a las islas occidentales de Escocia, del Dr. Samuel Johnson. Los millones de documentales de viajes y turismo que pasan en la TV han erosionado un poco los libros del género, pero un buen lector no cambiaría un documental por uno de estos libros bien escritos. En fin, a lo que voy, acabo de leer un libro excelente: Cinco viajes al infierno, (Ed, Altair, Badalona, España, 2011) de Martha Gellhorn.
M.G. nació en St Louis, USA, en 1908 y desde joven comenzó a viajar y a trabajar como periodista porque según escribe: "No me gusta el sitio en que nací y no soporto estar mucho tiempo en un solo lugar". Parece que la compañera tenía algún problemita sicológico de base. En la Navidad de 1936 conoció a Ernest Hemingway en el bar Sloppy Joe`s, de Key West, Florida. Tuvieron un largo romance y en 1940 se convirtió en la tercera esposa del ya famoso escritor. Pero dice el refrán que "Dos narizones no se pueden besar", así que tras un matrimonio poco cariñoso se divorciaron en 1945. Desde ese momento Martha rechazó cualquier pregunta o alusión a Hemingway.
A lo largo de su vida MG escribió más de 20 libros y en 1975-77 se  decidió a escribir los relatos muy condensados de algunos de sus más horribles viajes. La primera historia cuenta un viaje que hizo con Hemingway (no menciona su nombre y le llama "compañero reticente" es decir CR) en 1941 a China, en guerra con Japón. Incluído un encuentro con Chian Kai Shek y su felina esposa. En esa historia Hemingway queda retratado como un tipo eficaz, pragmático, jovial y con mucho tacto y encanto. Otros relatos se refieren a viajes -ya en solitario- en el Caribe en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, en busca de submarinos nazis. Otro por Africa y un cuarto viaje al Moscú soviético para visitar a una vieja escritora disidente de la que nunca sabremos su nombre real ya que  Martha precavidamente no lo escribe y el editor español -más de 30 años después- no tuvo el cuidado elemental de escribir una nota al pie de página aclarando ese detalle imprescindible.
MG fue una mujer progresista, independiente, decidida. Estos reportajes son entretenidos, inteligentes, instructivos. Escritos con sagacidad y oficio, sin aburrir. Después de narrar el encuentro con Chian Kai Shek escribe: "No necesitaba experiencia política para decidir, en unas horas que a aquellos dos gobernantes glaciales no les importaba nada las hordas miserables de su pueblo, y que por lo tanto su pueblo no tenía motivos para quererles. China me pareció conformada por una clase de caciques y decenas de millones de esclavos prescindibles. La guerra no era excusa suficiente para la terrible desdicha de la gente".
Aunque se cuida mucho de esas valoraciones tajantes. En cambio escribe de un modo minucioso para ayudarnos a sacar nuestras propias conclusiones, que es lo que hacen los buenos periodistas. Nunca escribió como una simple turista entretenida mirando cosas exóticas. Este libro se agradece. Ella, en 1998, con 89 años, enferma de cáncer y casi ciega tomó una gran dosis de barbitúricos y se despidió. Por ahora era suficiente.


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