Mi casa

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© Héctor Garrido

jueves, 12 de noviembre de 2015

UN OLOR A HUMO

Después de toda una vida leyendo, ahora me interesa sobretodo lo que hay detrás de cada libro. Es decir, los autores y sus circunstancias. Quizás por eso leo algunas biografías y libros de memorias y recuerdos de algunos escritores. Como París era una fiesta, de Hemingway, o la última biografía de Salinger publicada en 2014 en español, por Seix Barral. A veces encuentro respuestas a mi curiosidad. Que se concentra en unos pocos autores. No muchos. Por lo general hoy en día los escritores se montan en lo que llaman su "carrera" de escritor. Son esos escritores que necesitan mantener una presencia mediática para que no los olviden, que agradecen a sus editoriales cuando les gestionan algún premio, y que trabajan compulsivamente para publicar un libro cada dos años.
Son esclavos del ego. Pero no lo saben porque suben y bajan desesperadamente de aviones, entran y salen de habitaciones de hotel y se presentan en todos los festivales posibles, mientras fuman y escriben en su ordenador portátil. Escriben con la punta de los dedos en hoteles y aeropuertos. No hay tiempo para digerir. Tienen que escribir rápido porque el editor está esperando. Mercaderes. Sólo eso. Así que no dejan tiempo ni espacio para reflexionar un poco sobre sí mismo y lo que hacen. Y la vida se les escapa entre los dedos. Son víctimas del espíritu de la época: el espíritu mercantil y el vértigo.
Por suerte, a veces surgen escritores de otro tipo. Acabo de releer Todos se van, de Wendy Guerra. Una novela importante y estupenda. Hace unos años ganó el premio Bruguera. Y claro, ante un relato tan fuerte uno se inquieta. Dos veces le he preguntado a Wendy: "¿Todo eso es cierto? Es muy autobiográfica esa novela. O lo parece." La respuesta es un sutil sonrisa de Mona Lisa Extraviada. A buen entendedor con ninguna palabra basta.
En esta afición a indagar en las zonas ocultas de algunos libros he tenido una experiencia espectacular. Con Juan Rulfo. Adoro los dos libros de Juan Rulfo  (por suerte, al morir el escritor sus parientes no publicaron nada, menos mal). Todos adoramos esos dos libros. Ese modo de escribir entre el humo, como quien entra y sale sutil y constantemente del mundo de los muertos.
Hace muchos años, alrededor de 1990, estoy pasando unos días en Morelia, Michoacán, con unos amigos, Mario y Graciela. Un domingo lo dedicamos a recorrer los alrededores del lago de Pátzcuaro. Hay varios pueblecitos y cada uno se dedica a una artesanía específica.: cestería, madera, metales, etc. Uno de esos pueblos, polvorientos y pobres, es Capula. Allí se dedican a la cerámica utilitaria. Hacen y venden platos, pozuelos, jarras, etc. En el pueblo abundan los hornos de leña para cocinar la cerámica. Hay grandes y antiguos caserones, oscuros y desvencijados, con portales alrededor y una atmósfera como de abandono y pobreza eterna.
En algún momento, en pleno mediodía, veo una viejas muy delgadas, vestidas de negro. Dos o tres viejas, que se mueven en medio del humo  y el polvo. A lo lejos. Entran y salen de la oscuridad de aquellos caserones. Hay silencio y no se escuchan ni las pisadas ni el crepitar de la leña en los hornos. Sólo aquellos fantasmas con largos sayos negros moviéndose como si flotaran en el humo. Y ahí estaba todo. Juan Rulfo no apareció pero estaba allí, haciéndome un guiño. Y de pronto ya no era Capula, sino Comala. Entre el humo y el silencio, el mundo de tinieblas y de muertos. Todo inasible. Inexplicable.

7 comentarios:

  1. Chapeau. Es propio de la edad y la experiencia interesarse aún más por las motivaciones y el sentir humano

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  2. ..en Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras
    tratar de volver...J.S
    Kenia. J.B.G








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  3. Estuviste en México y cague, no te vi. Pero por suerte un ser de un metro cincueta centimetros te grabro, y te dio dos libros que tengo. Trilogía y Fabián y el caos. Eres de mis escritores favoritos, se que tal vez nunca tenga la oportunidad de verte y preguntarte algunas cosas. Pero sabes, me fui dos semanas de farra, alcohol y marihuana, y preferi eso a que nos aburrieramos tu con mi presencia y yo con tu gigantes. Bueno ya ves, te hice caso y soy tu gruppie, a lo lejos, sin molestarte, sin pasar esa linea de confidencia entre el lector y el escritor. Saludos desde el DF, pasala chevere. Un abrazo de esos, que no se dan pero se aprecian.

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  4. Pedro juan siempre te leo en tu bloc, soy de Cartagena Colombia donde estuviste hace algunas años en esta bella ciudad, y acá tenemos un grupo fan tuyo, esperamos para tu editora Anagrama para Colombia distribuya mas tus libro por esta zona de Colombia.
    Sobre tu comentario de los que pudo ver Rulfo, es realidad y eso es Realismo Mágico, dice Gabo ( García Marque) que él se inspiro en el pasaje de Remedio La bella subiendo entre sabana al cielo, en que una noche mercedes su esposa, estaba guindando pañales y sabana una cuerda en el lavadero del apto donde ellos vivía en ciudad de México, ahí se imagino Gabo a mercedes subiendo a los cielos entre sabana para plasmarlo en la novela que todo conocemos como Cien Años de Soledad. Pedro Juan un salude desde Cartagena de Indias.

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  5. A si a mi me gusto esto. Tambien me interesaron siempre las biografias y las novelas en primera persona mas que nada. El atras de la novela. Lo de Rulfo coincido y lo de Wendy, como le he dicho, ella para mi es POETA, mas que lo otro. Ah, muy graciosos los comentarios de arriba. me llamaron la atencion ja.

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  6. Polvoriento tal vez pero ¿pobre...? eso esta por verse. Yo vivo a 10km de Capula en Morelia Michoacán, me gano la vida comerciando productos con los habitantes de ahí. He tenido la oportunidad de charlar con mucha gente de ese lugar y la economía no es factor que les quite el sueño. La mayoría de la gente que ahí habita se dedica a la alfarería y a la fabricación de artesanías, en especifico unas figuras esqueléticas alargadas y macabramente vestidas que se llaman catrinas, y según por lo que he llegado a saber de boca de muchos alfareros es que esa actividad les es rentable. Por otro lado la llegada de las remesas y ayudas del gobierno. En Diciembre el Pueblo se llena de automoviles de lujo propiedad de los habitates que radican en EUA.
    Si el pueblo parece pobre es porqué así les gusta vivir.
    En Capula es común que varias hectareas de tierra sea propiedad de una sola familia y también lo se de fuentes fidelignas.

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  7. El oficio de los nuevos escritores de "best sellers", esos mismos tipos que escriben para cumplir y solo envían porquería al mercado.Los escritores que escriben con el dolor de su corazón, son los que valen la pena.Los productos hijos del marketing puro, seguramente sean rentables a quienes lo escriben y editan, empero, para los lectores insaciables y sedientos como quien suscribe solo valen la pena los auténticos, vale decir: P.J Gutierrez, Borges, Bukowski, Carver, Chéjov, Aira, Schopenhauer y los que vendrán desde el dolor y las soledades.

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