Mi casa

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© Héctor Garrido

sábado, 19 de diciembre de 2020

UNA MUERTE DIGNA


Después de varias décadas de demandas populares de algunos grupos, España al fin aprobó una ley de eutanasia, en el Congreso, el pasado jueves 17 de diciembre, 2020. Tuvo 198 votos a favor, 138 en contra y 2 abstenciones. Por supuesto, la derecha (PP y otros dos partidos)  se opuso.  En enero 2021 comenzará a funcionar la nueva Ley.

De este modo, España se une al pequeño grupo de países que en el mundo legalizan esta posibilidad de una muerte digna: Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Nueva Zelanda, varios estados de USA y en el estado de Victoria en Australia. En Colombia se estudia y en Suiza un vacío legal facilita el suicidio asistido.

Normalmente lo que se utiliza es la sedación paliativa. Consiste en administrar fármacos para reducir la conciencia y aliviar el dolor de un paciente con enfermedad terminal. La eutanasia siempre requiere un médico que administre los fármacos  a la persona que desea morir. En el suicidio asistido es la propia persona que desea morir la que pone fin a su vida mediante la ingesta de un fármaco letal.

Hasta ahora estas dos últimas modalidades están castigadas en España con penas de 2-10 años de cárcel. Las personas más progresistas y con sentido común aplaudimos esta decisión, propia de una sociedad democrática y madura. Aunque no fue fácil. El Congreso había rechazado cuatro veces en los últimos años legislar sobre esta cuestión. Y la oposición es fuerte.  Los católicos se oponen, claro. Y ya sabemos que la Iglesia Católica sigue teniendo mucha influencia en España.

Cuando se habla de este tema, siempre recuerdo la lenta despedida de mi madre, que padecía cáncer de pulmón. Cuando se descubrió ya se había extendido a otras partes del cuerpo. Me ahorro los detalles. Más de dos años de sufrimiento. Por suerte, una señora en el hospital (su madre y la mía compartían habitación) me comentó sobre el "veneno de alacrán". Se trata de una medicina homeopática a partir del veneno del alacrán azul (endémico de dos zonas de Cuba exclusivamente). La produce una familia que vive al sur de la provincia de Matanzas, cerca de la Ciénaga de Zapata y la facilita gratuitamente a todo el que llegue hasta allí. Yo fui 14 veces. Una vez por mes. De este modo no tuvimos que inyectarle morfina en ningún momento. Y no padeció de dolores. Sólo leves molestias que pasaban rápidamente con el uso del "veneno de alacrán".

Muchas personas se han visto rogando a Dios "para que todo termine cuanto antes" cuando han tenido un ser querido sufriendo en la última fase de una enfermedad terminal. El sentimiento de impotencia que nos invade no se nos olvidará nunca.

La ley de eutanasia es la posibilidad de tener una muerte digna y no vegetar inútilmente en medio del sufrimiento. Ojalá más países vayan venciendo sus tabúes culturales e históricos y aprueben legalmente este posibilidad.

1 comentario:

  1. Generosa aportación referente a temas ligados con la muerte. Sería un gusto conocerte en persona alguna vez y sobre todo, retomar este tema para aclararlo mejor.

    J.L

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