Mi casa

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© Héctor Garrido

martes, 9 de diciembre de 2014

LAS MARICONAS MÁS FEAS DEL MUNDO

En Cuba es tradición celebrar a Santa Bárbara el 4 de diciembre. Es una de las santas más veneradas, junto con la Virgen de La Caridad del Cobre, San Lázaro y la Virgen de Regla. Cada una tiene su equivalente en la religión yoruba-cubana: Santa Bárbara sincretiza con Changó. La Caridad del Cobre con Ochún, San Lázaro con Babalú Ayé. Y La Virgen de Regla con Yemayá. También debemos mencionar a La Virgen de Las Mercedes que equivale a Obatalá. Ogún, por quien siento un amor especial, con San Pedro. Y Obatalá con Santa Teresita. Ese es al menos el Panteón Yoruba básico porque hay mucho más. Pero no sé por qué explico pedantemente todo esta antropología folklórica. 
En realidad quería hablar de algo más simple y simpático. Un tema gay. Y ya sabemos que gay traduce al español como alegre.
En la noche del miércoles 3 de diciembre me invitaron  a una fiesta en la víspera de Santa Bárbara. En una terraza al aire libre, frente al Malecón, bajo la luna llena y las estrellas, y con el fresco  casi invernal del norte. Una fiesta por todo lo alto, con mesas, sillas, camareros, barra libre, bufet suculento, y un escenario dispuesto para un elenco de transformistas gay. 
La primera vez que comprobé la poderosa seducción-ilusión de un transformista fue en diciembre de 1994. Un festival en el teatro América, en Centro Habana. GUNILA 94, en homenaje a un transformista que había fallecido por el sida unos meses antes. Quedé asombrado. Aquellos tipos tan feos salían primero al escenario. Toscos, gordos y barrigones, patilludos, en fin, recontrafeos. Entraban a sus camerinos y media hora después reaparecían  convertidos en bellísimas mujeres, e interpretaban dos o tres canciones. En realidad sólo doblan las canciones, interpretada siempre en back ground por una estrella real: Marilyn Monroe. Whitney Houston, Olga Tañón, Omara Portuondo, Elena Bourke, Juana Bacallao, Rocío Jurado, etc.
En aquella ocasión, hace ya 20 años, quedé tan deslumbrado con estos artistas que intenté hacer un reportaje con ellos y publicarlo en la revista semanal donde entonces yo ejercía de periodista. Ilusiones vanas e ingenuas de un romántico. Discusiones. Argumentos míos basándome en los primeros transformistas que existieron en el teatro de Grecia, Japón, Inglaterra. Nada. Las discusiones derivaron en  broncas acaloradas y no me permitieron escribir una sola letra sobre el tema. Los transformistas estaban en la extensa lista de temas tabú en la prensa cubana. Al igual que las jineteras, los suicidas, la droga, etc. Otra gota más de biter en mi copa.
Por supuesto, a los transformistas los machacaban. Pero entonces se pusieron de moda las "fiestas gay". Todas las noches se hacían en algún lugar diferente de La Habana. Los que estaban en el inside del ambiente gay se enteraban donde era la fiesta esa noche y allá iban. Así durante años. Medio escondidos, medio clandestinos, pero con alegría y desparpajo. Defendían su derecho a divertirse. Sólo eso. En la más famosa de esas fiestas estaba presente un famoso: Pedro Almodóvar, cuando llegó la policía y se llevó a todos. Al verse encerrado en un calabozo oscuro, atestado de locas, pero tantas que había que permanecer de pie, nadie podía ni sentarse en el piso, a las 4 de la mañana a Patty Diphusa le dio un ataque de histeria y claustrofobia. Unas horas después lo sacaron de allí. Se montó en el primer avión que salía hacia Europa y juró no regresar jamás a un país tan insensato.
En el interín también ha existido el apoyo decidido del Centro Nacional de Salud Sexual, dirigido por Mariela Castro. Y esto ha ayudado mucho, todo hay que decirlo. Ha contribuido decisivamente a rebajar el machismo exacerbado y los abusos de poder de los que mandan y deciden. En fin,  que ahora me sentí muy feliz viendo este show alegre y divertido de los transformistas habaneros. Parece que han ganado la pelea sobre el oscurantismo y el retraso incivilizado.
Por cierto, cuando salíamos de la terraza, a eso de las 3 de la mañana, comprobé una vez más que siguen siendo las mariconas más feas del mundo. ¿Casualidad? Creo que no. Debe haber algo en el subconsciente de ellos para burlarse de la Naturaleza: Hombres horriblemente feos versus las mujeres más lindas  y elegantes del mundo. La bella y la bestia. Dr. Jeckyll and Mr. Hyde.

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